El sueño de una vieja Reina

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Y he aquí que una mañana despertó y se encontró con una bella sorpresa,
Ella había dejado de ser la misma vieja reina de un día a otro.

El deseo pedido al hada se había cumplido
Y por fin su sueño se había hecho realidad.

Pero poco duró su dicha al saber,
Que había perdido todos sus tesoros.
Había dejado se ser reina,
Ni siquiera era princesa
Y su corona, ya era de otra doncella.

Lucía una figura descomunal,
Pero nadie la miraba
Pues en una campesina pobre,
Se había convertido.
Y a cambio de su juventud,
La desgracia.
Vestía harapos y sólo comía pan
Extrañaba los banquetes,
Que en el reino podía disfrutar.

Era joven pero infeliz 
y por ambición deseó otra vez ser vieja y rica como ayer.
Y el hada se lo concedió
Advirtiendole
Que viviría así para siempre.
Pero ella aceptó.

Su cara pálida se arrugó,
Su mentón cayó
Y su sordera volvió.
Sus joyas y tesoros también,
Al igual que su inmenso dolor.
Un cabello largo y rubio,
Desapareció
Y sus manos temblaban;
Sin compasión.

Cien años tenía ya
Pero con mucha riqueza.
Más no podía disfrutar
Ni siquiera merendar.
Y así pasó el resto de su vida,
Infeliz y rica de nuevo.
Hasta que llegó su fin.

Poema inspirado en "Historia de una anciana reina y de una joven campesina" e "Historia de la reina Gisela y del hada Corisante" dos cuentos del novelista francés François de Salignac de la Mothe Fénelon (1651-1715) pertenecientes al libro:  "Fábulas e historias maravillosas"

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