៛¤Poesía Onírica¤៛

Cenizas

Busca entre los escombros algo que no puede ver,
algo que no se puede oír ni sentir.
Recorre cada pasillo desolado,
cada rincón obscuro y tormentoso.
La luna se esconde ante su mirada y las criaturas de la noche le temen.

Pobre ser el que suspira en el balcón, sin poder sentir nada más que dolor, sin poder sentir calor.
Su voz es la música que acompaña el silencio;
tras las noches de angustia y los días eternos.

Ha quemado sus alas con tal de caminar entre los vivos,
pero su alma sigue perdida.
No vive, no muere. Un montón de cenizas y nada más es.
Porque espera y espera y nada consigue
y la sangre que aclama la hace insaciable,
y su demonio interior la domina.

Ella es el monstruo, la belleza, lo impuro, el anhelo, cada mito y recuerdo;
de lo pagano, de lo perdido y soñado.
Un jazmín enterrado en barro y miseria,
acorralada por su propia existencia.

Busca entre los escombros algo que no puede oler, ni probar
ni tampoco conocer.
Y recorre los tiempos sin hallar el final, el perdón
y la conclusión a su historia.
Todos opinan y crean leyendas a su alrededor,
algunos la buscan otros se olvidan pero allí está
Bella dama blanca y colmillos del averno.
Una sonrisa tan dulce en un rostro tan amargo.
Sus labios han sido de otro pero ya no serán de nadie.
Las pocas lágrimas que quedaban se esfuman, no sirven.
Nada será como antes, ni en miles de eones más.

Cuánta desgracia trae el destino,
El poder de la inmortalidad...la sed.
Nada perdura a pesar
y todo destruye a su paso,
e incluso la muerte ha llegado a morir en sus brazos.

El vacío en su pecho, el cuerpo sin alma,
en la mente ningún recuerdo.
Ella es la eternidad, la muerte, la resurrección, el eco en los árboles,
la metamorfosis en la naturaleza, lo divino.
El olvido de lo que fue sano y puro.
Es el secreto encontrado y oculto.

Ha extirpado los colmillos de su boca,
quiso sentirse uno de ellos,
pero nadie puede devolverle su vida.
No come, no duerme, el corazón ya no late.
Un montón de cenizas y nada más es...