Capítulo 2

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El sonido de las burbujas a mi alrededor es lo único que oigo, miro a mi alrededor pero el negro que siempre me perseguía vuelve a abrumarme, no reacciono por un momento, hasta que una fuerte presión en el pecho empieza a producirse, el corazón se me acelera y no tengo manera de respirar, decido nadar hacia arriba aún que no vea ninguna salida, uso todas las fuerzas intento llegar a algún lugar y de pronto un último suspiro sale de mi boca en forma de débiles burbujas. vuelvo a descender, solo, en la oscuridad sin ninguna esperanza, pero, de repente, una luz aparece justo sobre mí en la superficie del agua. Todas mis esperanzas vuelven a mi sacando de cualquier rincón de mi famélico cuerpo la mínima fuerza que consigue impulsarme al exterior. Cojo una gran bocanada de aire a la vez que acerco mis dedos a la luz que enseguida vuelve a alejarse, caigo suavemente sobre el agua y me dejo flotar observando el cielo, lo anhelaba tanto ...

Cuando dejo de admirar el firmamento observo que las plantas de mis pies están a punto de rozar un escalón, nado lentamente hasta que me subo encima de este, veo que forma parte de una escalera de piedra que asciende por la montaña. Está anocheciendo, y comienza a hacer frio, la vestimenta que llevo no ayuda a mantener el calor, además de que me encuentro empapado, sigo caminando con los pies descalzos, las piernas me flaquean y la tripa me ruje. Justo en ese momento, me doy cuenta de que he llegado al final de la escalera y frente a mi, bosque.

Me cruzo de brazos intentando darme calor y avanzo... no me queda más remedio. Me adentro en el tenebroso bosque, cada sonido que se escucha a mi alrededor retumba en mi cabeza. Empiezo a tiritar, pero aún así continuo mi trayecto, de pronto mi vista se empieza a nublar y empiezo a perder un poco el equilibrio. Rápidamente me sujeto de un tronco, vuelvo a mirar hacia el frente pero continuo con la vista distorsionada, un dolor en mi cabeza empieza a incrementar y acabo desplomándome en el suelo.

Siento calor, después de mucho tiempo, vuelvo sentir calor, despego mis parpados lentamente y la luz del sol provoca que los vuelva a cerrar, pero, hace tanto tiempo que no lo veía, que no quiero apartar la mirada de él, así que pongo la mano frente a mis ojos para poder admirarlo tranquilamente. Me incorporo y respiro, paz y la tranquilidad... el sentirme así me hace preguntarme si sigo con vida... llevo la atención a mí alrededor, solo hay bosque y yo me encuentro sobre un colchón viejo. Un Sonido a mi alrededor hace que me ponga alerta, pero no veo nada, solo oigo como se acerca hacia mi...

-¡hey!- oigo tras de mi

-¡ahh!- exclamo y lanzo el puño hacia el asaltante, este detiene mi mano al segundo y abro los ojos como platos mientras tiemblo de miedo

-¿por qué quieres pegarme? Te he salvado la vida – dice mi supuesto salvador, suelto mi mano bruscamente y me aparto de él

-tranquilo- dice elevando levemente las manos –¿te acuerdas de esa luz que te guió hasta aquí?- pregunta y asiento confundido

-era yo- afirma, yo sigo sin poder pronunciar una palabra

- lo sé, suena imposible- dice y me hace esbozar una media sonrisa ¿lo dice en serio?

-pero, he visto cosas peores- desvía la mirada justo en ese instante y se queda en silencio. Yo no aparto la mirada de él, es un chico alto y será unos años mayor que yo. Vuelve la mirada hacia mí y hace que yo mire hacia otro lado tímidamente

- Entiendo que te encuentres así- vuelve a captar mi atención – de hecho si puede encontrarte allí, es porque yo estuve antes- dice como con dificultad, miro como agacha la cabeza como intentando olvidar todo lo que ese momento pasa por su mente, y, lo comprendo, yo haría lo mismo – bueno, larguémonos de aquí-dice y acto seguido se adentra en el bosque, yo simplemente le sigo en silencio.

AbismoWhere stories live. Discover now