Bullying |Terminada|

Capítulo 41

Samuel

Toco su puerta y sonrío.

-¿Hola?-pregunta extrañada Camila.

-Hola, vengo por Sky.

-Ella no está-dice e intenta cerrar la puerta.

-¿Sabes a qué hora vuelve?-pregunto.

-Ella no va a volver.

-¿Cómo que no va a volver?-en mi pecho se forma una presión.

-Se fue, Samuel, no va a volver, ya no vive acá-aclara sin titubear.

-Ella no pudo haberse ido sin despedirse...

-Oh, claro que lo hizo-ríe-dejó esto para ti-me tiende una carta.

La tomo y cierra la puerta en mi cara.

Abro desesperadamente la carta y leo.

Querido Samuel

Quería agradecerte por todo lo vivido, pero no lo aguanto más, debo irme y no quiero tenerte conmigo, ya no te quiero como antes y no me parece justo arrastrarte junto a mi. Ya no te amo, Samuel. No me busques, no quiero ser encontrada.

Me encuentro devastado.

Ella no pudo haberme dejado así como así, de la noche en la mañana, como si no importará, como si fuera basura. Ella no pudo hacer eso...

Lágrimas bajan por mis mejillas y grito de frustración.

¿Qué no me ama? Pero que fue entonces lo de ayer...

¿Qué la olvide? No puedo hacer eso...

-¡Camila! ¡Abre ahora mismo!-grito y golpeo la puerta con fuerza.

Nadie sale.

Corro hasta la parte de los costados y trepo hasta su ventana.

Al entrar siento una opresión en el pecho.

Intento buscarla con la mirada y no la encuentro.

-¿Te fuiste así sin más?-susurro a la nada-No pudiste hacerme eso, ¿no? Debías llevarme contigo, no dejarme aquí-mis palabras con frustración.

《¿Cómo se olvida a la persona que te complementa, la que te hace quién eres?》

Un mes después...

Te extraño...

Extraño que me llegue un mensaje tuyo.

Extraño tu voz. Extraño que me cuentes como fue tu día, sea bueno o malo.

Extraño que me digas te amo o un te extraño.

Extraño cada parte de ti.

Hay veces en las que me gustaría saber de ti y cuando tengo veinte líneas escritas para ti, recuerdo que me prometí dejarte ir.

Se que tal vez no me extrañes ni me recuerdes en lo más mínimo, pero cero ideas llegan a mi mente para sacarte de mi cabeza, si te llegué a amar de una manera que ni yo sabía que existía.

Te entregué todo lo que tenía, ¿muy tonto, no crees? Porque al marcharte, una parte de mi se fue contigo, esa parte... que me hace aferrarme a ti.