Little Princess (Lil Pump//Daddy Kink)

Capítulo 8.- Vanessa.

Caminé a paso lento al hotel, tardé unos 15 minutos en estar frente a las puertas del hotel. Suspiré, y entré, llegué al ascensor y subí, cuando estaba ya en el piso, caí en cuenta que no traía mi bolso, había quedado en el sillón en el camarín, y no podía entrar en la suite, ¿tanta mala suerte podía tener? 

Vi la hora en mi teléfono, eran las 11:12pm, daddy seguramente estaba dando su show, podía ir sin que él me viera, no quería cruzarme con él. 

Tomé el ascensor otra vez para a bajar, movía mi pie en señal de desesperación, cada vez veía más lejos dormir temprano, salí del ascensor y me fui a paso rápido en dirección al club.

Llegué y la fila aún estaba, no con tanta gente como antes, me acerqué a la entrada y oí varias quejas por las personas que estaban haciendo fila, en la entrada habían dos guardias, enormes en todos los sentidos.

—Hola, yo estuve aquí antes y olvidé mi bolso, solo necesito entrar un momento y juro que salgo rápidamente.—sonreí.

—No, vete a la fila.—habló uno de los guardias logrando borrar instantáneamente mi sonrisa.

—Yo entre con Lil Pump.—dije para tratar de convencerlos.

—Ajá.—volvió a hablar el mismo guardia. —La fila está por allá.—apuntó.

Me resigné y comencé a caminar hacia el final de la fila.

—Alessia.—hablaron y me tomaron del brazo, giré y era Agustín. Mire hacia el agarre y él soltó mi brazo.

—¿Qué quieres?—pregunté.

—¿No te dejaron entrar?—preguntó confundido. Negué.—Ponte con nosotros, ya casi entramos.—mire y estaban todos sus amigos con los cuales había almorzado días atrás.

—No creo que sea correcto.—comenté dando por finalizada la conversación.

—Lo lamento.—habló.—Sé que quieres entrar, quédate aquí solo para entra, ya casi llegamos.—pidió.—Mira la fila es enorme, sería una forma de disculparme contigo.—argumentó.

Mi cerebro estaba tratando de procesar los pros y los contras rápidamente, pero no estaba funcionando, actué por impulso y me quedé allí, junto a ellos para entrar. Esperamos unos 15 minutos para entrar, Agustín no me habló y yo estaba cómoda por eso, solo su amiga del cabello morado entabló una conversación conmigo.

—Gracias.—agradecí a Agustín cuando logramos entrar al club que estaba repleto de gente.

—No hay de qué.—respondió Agustín y yo me alejé de ellos intentando recordar hacia donde se encontraban los camerinos.  

Caminé entre la multitud, y caí en cuenta de que daddy debería estar en su show, me detuve a escuchar y efectivamente estaba en el escenario haciendo trap. Me quedé de pie intentando verlo entre tanta gente más alta que yo, escuché una canción completa para luego reaccionar y recordar el porqué había vuelto ir al club.

—¿Quieres subirte a mis hombros?—habló un chico gritando debido al ruido.

—¡No, gracias!—grité de vuelta.

Encogió los hombros y se fue.

Caminé hacia el pasillo de los camerinos, había un guardia. 

—¿Me podría dejar pasar?—pregunté tímida.—Mi bolso está adentro.—apunté hacia un camarín.

—No.—respondió cortante.

Me crucé de brazos y le di la espalda al guardia viendo el escenario a lo lejos, daddy estaba sin polera.