Parte 2. Felices dieciocho

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Vestir elegante, seguir una estricta dieta y ser obediente, son estas las principales bases de mi educación desde que fuí adoptada. Franco, mi nuevo padre se ha portado muy bien conmigo, me ha permitido seguir mi educación en una escuela reconocida, puedo ir a ver a los niños del orfanato una vez a la semana y no me ha faltado nada en mi nuevo hogar.

En varias ocasiones me ha regalado cosas, sobre todo ropa la cuál uso seguido ya que he notado que le agrada. Medias largas, vestidos de noche, aveces largos y en otras ocasiones cortos y collares que se ajustan perfectamente a mi cuello son algunos ejemplos que puedo dar. El es muy elegante tambien, serio la mayor parte del tiempo y carismatico en ocasiones, me lleva como acompañante a las fiestas y a los lugares que visita lo cuál me ha permitido conocer otros lugares dentro y fuera del país y aprender un par de idiomas más.

Hoy cumplo mis dieciocho años y para celebrarlo ha habido una pequeña fiesta a la cual ha acudido la directora del orfanato, parece igual de feliz que yo pero a tarde cayó, todos se han marchado y como lo prometi me encuentro tocando a la puerta de Franco, parece que quiere decirme algo aunque yo, siendo sincera, en el fondo espero un regalo.

-Entra Natalia-se escucha el tono serio de su voz al otro lado de la habitación y al entrar lo observo sentado en la cama, su lengua se desliza discretamente por su labio inferior y me parece observar que tambien lo muerde lo cual me provoca un leve escalofrio.

-Estoy aquí, como lo prometí-me siento a un lado de el, mi vestido en esta ocasion es corto, mis medias largas y oscuras-parece que tiene algo importante que decirme.

-Asi es Natalia, tenemos que tratar un asunto importante-su voz se vuelve autoritaria, una de sus manos se posa sobre mi pierna mostrándose dominante y puedo observar como afloja el nudo de su corbata, no es la primera vez que lo observo hacer eso pero en las otras ocasiones entraba a su habitación acompañado de sus "damas de compañía", ahora lo entiendo y me limito a bajar la mirada e inclinar mi cabeza a la derecha, siempre me ha dicho que le encanta la piel de mi cuello...

Amor de padreWhere stories live. Discover now