Chapter 12.

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Al llegar la tarde del siguiente día ellos, Louis y Harry se encuentran sentados esperando a que Braiden llegue a casa para que puedan ir a la reunión con el gerente de eventos del hotel.

No está seguro del por qué Harry quiere acompañarlos, pero no le importa.

Además, han encontrado una manera entretenida de pasar el tiempo.

—Todo está en el ángulo de la muñeca—, explica Harry desde su lugar en uno de los taburetes de la barra de desayuno. —Si no tienes la muñeca rígida, sólo hay que girar.

Louis sonríe.

Él está sentado en el sofá, mirando hacia arriba a Harry al otro lado de la habitación.

—Muñeca rígida, ¿eh?

—Tienes una mente sucia, Louis—, dice Harry sonriendo.

Louis intenta ahogar su sonrisa. —Lo siento.

—Sí, claro—, dice Harry, una vez que Louis pone cara seria de nuevo. —Observa.

Toma una de las palomitas de maíz de su paquete y la sostiene en alto, para asegurarse que Louis le está mirando.

—Lo haces así.

Entonces lanza la palomita de maíz al aire, inclina su cabeza hacia atrás, y la atrapa en su boca.

—Haces que parezca tan fácil—, dice Louis resoplando por la expresión de suficiencia en el rostro de Harry.

—Eso es porque lo es. Un niño de cuatro años de edad puede hacerlo.

—Cállate—, se queja.

Toma un poco de palomitas de maíz de su propio paquete y trata de copiar lo que Harry acaba de hacer.

Ninguna palomita de maíz cae siquiera cerca de su boca.

—En serio—, dice exasperado. —¿Mi cara tiene repelente contra las palomitas de maíz o qué?

Harry se ríe. —No, simplemente no eres capaz de atinar. Abre la boca.

—¿Qué?

—Ábrela—, dice Harry, sosteniendo una palomita de maíz. —Apuesto a que voy a lograrlo desde aquí.

Esta vez Louis no puede sofocar su sonrisa aunque lo intente.

—¿Quieres que abra la boca—, dice lentamente y con insinuación en su tono. —Para que tú la pongas dentro?

Harry parpadea, después de un momento sus ojos se iluminan, y una pícara sonrisa se extiende por su cara.

—Sí—, dice con sencillez.

Luego tira la palomita de maíz a través de la habitación en dirección a la boca abierta de Louis, atinando justo en el blanco.

Su cara se llena de presunción de nuevo, pero después se oscurece con algo más.

—¿Cómo sabe?

—Salado—, dice Louis de forma deliberadamente sensual e intercambian una mirada que es menos divertida y más como algo cercano a la excitación.

Y eso es peligroso.

Afortunadamente, el teléfono de Louis suena rompiendo el momento.

—¿Hola?—, dice al contestar.

Harry mira hacia otro lado, se ocupa en recoger las palomitas de maíz que cayeron en la barra de desayuno.

Es Braiden, y suena como si estuviera en medio de una reunión.

Godfather [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora