1

487 34 5
                                    



Miji regresaba de su ajetreado trabajo, muy cansada, tenía que cumplir sus horas correspondientes, que empezaban desde la mañana y terminaban al anochecer.

Todas eran de tortura y estrés, demasiados formatos, supervisar, dejar todo listo antes de terminar el día, y si no, estos se le acumulaban.

Era el único trabajo que pudo conseguir después de intentar en varios lados, la paga no era una fortuna, pero lo suficiente para vivir cómodamente.

Su vida social era inexistente, en la salida del trabajo algunos compañeros se iban a tomar, pero casi nadie la invitaba, tal vez porque siempre estaba muy ocupada con los pendientes y hablaba pocas veces con sus compañeros.

Su salvación era su pequeño departamento, al llegar podría darse un relajante baño, prepararse una deliciosa comida, tomar un traguito de soju, ver alguna serie o película y dormir plácidamente; muy simple, pero disfrutaba hacerlo su santuario y soledad.

Al llegar de ese día cansado, pasando el elevador, vio que en el departamento anterior al suyo había una pequeña mudanza, cajas en la entrada y algunos objetos regados.

Miji pudo acechar, pero no llego a ver a nadie.

"Después de mucho tiempo alguien logró ocupar este pequeño lugar"

El anterior fue un anciano que no le agradaba mucho, un viejo gruñón, que se enojaba por problemillas en el edificio. Ponía letreros de advertencia por todos los departamentos como "silencio al caminar por los pasillos", "No dejes tu basura en la entrada", "lleva tú basura afuera", "No dañes el edificio", parecía el administrador cuando no lo era, pero mantenía el orden a pesar de ser muy agobiante con tantas advertencias, hasta que su familia decidió llevárselo para darle mayor comunidad a su vida, rumores decían que se lo llevaron a un asilo.

Miji se quedó unos minutos recordando aquellos tiempos, cuando decidió seguir caminando hacia la puerta de su departamento, alguien salió con unos papeles enrollados, varios tubos abrazados por dos fuertes brazos que estaban a punto de chocar con la chica.

-HEY¡¡ CUIDADO¡¡¡ -en un movimiento rápido cambio de lugar bajando los papeles enrollados que estaban tapando su visión-

-Lo siento, pensé que no había nadie, ¿Vives aquí? – el chico estaba alegre de conocer gente nueva y más si era una chica, dio un vistazo de abajo hacia arriba a esa persona, que al parecer era su vecina.

-Si vivo a tú lado – sintió la mirada del chico en su cuerpo, pero lo ignoro, tal vez era de esos que observaban mucho a los que acababan de conocer-

-Soy Jeon Jungkook, tengo 22 años, estoy por terminar la Universidad– estiro la palma para que sea estrechada, con una sonrisa de oreja a oreja-

-Soy Kim Miji, trabajo como secretaria- estrecho la mano sacudiendo como una persona de negocios.

Mientras que el chico no quitaba la vista de la chica, ella no estaba mal, tenía un cuerpo bien proporcionado, no tenía mucho pecho ni trasero, pero si lo suficiente para acariciar, su cabello castaño obscuro que llevaba con una coleta hacia contraste con su piel vainilla, unos labios rojos besables, aparte de parecer abrazable por su pequeña estatura, su ropa de oficina definía bien sus líneas, unos ojos un poco rasgados que le decían que no era asiática, era hermosa, pero su expresión enojada y de pocos amigos la hacía quitar los ojos de encima.

También Miji se dio el lujo de visualizar al chico, era muy apuesto, ojos marrones grandes, cabello negro obscuro, unos delgados labios que podían al descubierto sus dientes y hermosa sonrisa, piel ligeramente canela, cuerpo bien proporcionado, delgado, pero con músculos que se podían apreciar si alguien lo tocaba debajo de esa camisa holgada, para el colmo era alto justo su tipo. Sacudió la cabeza quitando esos pensamientos.

-Mucho gusto, debo entrar a mi departamento –quito mano del saludo, tecleando la clave para entrar-

- ¿Cuántos años tienes? ....si se puede saber – levanto una ceja esperando la respuesta-

-Tengo 26 años, soy mayor que tú

-¿Noona entonces? – dijo el menor, Miji solo sonrió y entró a su departamento, quitó sus tacones y colocó sus pantuflas empezó a disfrutar su tranquilidad.

En realidad, no le importo que haya un vecino nuevo, algunos se iban y otros se quedaban, así que no era necesario conocerlos. Ese menor era muy guapo si fuera mayor, tal vez ella podría coquetear un poco, pero resulto un niño universitario por lo que dejó esos pensamientos en esa noche.




*************************

¡HOLA! Si estas leyendo esta historia me da gusto, espero que la disfrutes.

Es la primera que me atrevo a subir y espero que no sea un fracaso. Recomendarla, vota y comenta por favor 

Gracias :) Besos ¡

Rabitta


Mi Vecino (Historia Hetero/ Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora