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Jimin estaba demasiado emocionado como para saber que todo lo vivido el día anterior era real.

Por lo que, cuando se despierta, lo primero que hace es buscar a V para contarle lo muy enamorado que está de Taehyung.

Quería contárselo lo antes posible, pues, según el espectro, cuanto más temprano admitiera que le quería, antes podría salvarle.

Pero, su cuerpo se hizo preso de los nervios cuando, tras revisar toda la casa varias veces seguidas, no encontró ni rastro del castaño.

Optó por no preocuparse demasiado y esperar, porque pensó que tal vez simplemente hubiera ido a algún otro lado y no tardara en volver.

Así que, se dedicó a contestar los WhatsApp que le han llegado de parte de Namjoon, Hoseok y Jungkook en la noche anterior.

Sus amigos no cambiarían nunca.

En verdad le avergonzaba tener que estar explicando que no fue necesario que usaran condón pues no hicieron absolutamente nada.

Pero el tiempo iba pasando. 

Llegó la hora de comer y el Ikiryō seguía sin dar señales de vida.

Ese hecho hizo que la mente de Jimin se llenase de inseguridad y millones de preguntas traicioneras le asaltasen por completo.

¿Y si ya era demasiado tarde?

¿Y si Taehyung había sufrido el final horroroso de ser comido por ayakashis sólo porque él había tardado demasiado en darse cuenta de que de verdad le quería?

¿Podría ser eso posible?

Su carita se puso roja en escasos segundos, empezando a temblar descontroladamente.

Corrió hacia su habitación, cambiándose lo más rápido que su cuerpo le permitía, aunque sin pensar demasiado en las prendas que se quería poner.

Cuando estuvo algo más decente para salir al mundo exterior, se apresuró a salir de la casa y dirigirse a la dirección deseada, aunque rezaba internamente por no perderse, pues tan sólo había ido a ese lugar para llevar el Bulgogi que preparó en una ocasión, y él no es que tuviera un buen sentido de la orientación.

Pero los milagros existían y Jimin supo que estaba experimentando uno de éstos cuando al frente vio la casa del castaño.

Llamó con desesperación.

Los segundos siguientes fueron realmente tormentosos para su ser, pues si nadie abría la puerta, eso significaba que sus sospechas eran ciertas y había sido un completo imbécil incapaz de salvar a la persona que quiere.

Pero cuando observó la puerta abrirse y encontró frente a él a Taehyung, incluso más sonriente que los días anteriores, supo que se había equivocado.

Más aún fue consciente de aquello, cuando sintió sus mejillas ser apretadas por dos grandes manos y unos labios sobre los suyos.

Cuando aquel contacto finalizó, sus ojos no podían estar más abiertos, provocando la risa del mayor, que le observaba con toda la admiración del mundo.

Dio leves pasos para acercarse más al contrario y solicitar otro beso, pues dudaba que con uno pudiera hacerse a la idea de la escena tan maravillosa que estaba viviendo.

—Gracias. —Murmuró Taehyung a mitad del beso, haciendo que sus miradas se chocasen con intensidad. —Me has salvado, Jiminie. —El rubio enrojece y siente sus piernas temblar ante la atención recibida.

—Yo... Me asusté por... —El mayor le chista levemente para que calle y deje de experimentar escalofríos, acaricia su espalda por encima de la ropa, tratando de tranquilizarlo.

—No me viste en tu casa. Lo sé. —La sorpresa en el rostro del rubio se hace notoria. 

—Entonces tú... —Le señala, aún confundido. Pero el contrario no le deja terminar la frase.

—Mi cuerpo vuelve a estar unido. V y Taehyung vuelven a ser la misma persona. —Ríe al hablar de sí mismo en tercera persona, y acaricia con suavidad la nuca del menor, mordiendo su propio labio en el acto.

—Te quiero, Taehyung. —Se atrevió a decir, agachando la cabeza ante lo avergonzado que le traían esas palabras. —Te quiero mucho. —Ahora susurró, sintiendo sus mofletes arder como si de fuego mismo se tratasen.

Si no había sido capaz de decirlo antes, quería confesarlo en el momento, por mucho que se sintiera demasiado pequeño con toda la atención que estaba recibiendo.

—Yo también te quiero, Jimin. —Concluyó, acercándole a su cuerpo y rozando apenas su cintura, mientras disfrutaba besando las rosadas mejillas del chico que le traía loco.

Porque no podía evitar sentirse en una nube, como si el mundo hubiera dejado de importar en el preciso instante en el que sentía que sus ojos conectaban con los de otra persona. 

Aquel chico en verdad había sido su salvación, y no se replantearía en ningún momento de su vida dejarlo escapar, porque la felicidad que tanto había ansiado durante tantos años, él la había traído de vuelta.

Haciéndole olvidar lo malo con una sonrisa.

Y haciendo que su corazón latiera desbocado con tan sólo sonreírle.

Así que la canción era cierta.

"Sólo el amor nos salvará", ¿eh?


My Last Life 🌸 [Vmin]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang