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-No Anna, te dije que no se si tengo vecinos guapos... Llevo como siete minutos aquí. —Murmura Skyler con algo de enfado hacia la línea telefónica donde la escuchaba su amiga burlesca unos segundos antes de colgar la llamada con evidente enojo.

Ella ni siquiera quería dejar su antigua casa en Londres para mudarse a un pueblito como Holmes Chapel.

No quería vivir ahí, aunque sus papás dijeran que era temporal. Ella quería volver a la ciudad incluso si tenía que vivir con su tía Petunia y eso era mucho por decir.

El pueblo se veía desolado aunque también lo podía atribuir a que era Domingo y la gente en los pueblos pequeños siempre acostumbraba a ir a misa.

De todas maneras ¿Quien iba a misa hoy en día? Era tan anticuado que solo pensar en ella en una de esas bancas hacía que su piel comenzará a picar.

No había manera que después que la obligarán mudarse miles de kilómetros de su hogar ella fuera a un lugar cerca de una iglesia, primero ardía en llamas antes de entrar a una.

Como sea, solo tenía que sobrevivir 7 meses sin morir o ir a la cárcel por asesinar a alguien y luego podría volver a Londres donde las mejores fiestas estaban.

Extrañaba al idiota de Chad y sus apestosos pies, era su mejor amigo y estaba tan lejos en el momento que más lo necesitaba. Debería haberlo convencido de huir y casarse en secreto, para así poder quedarse con el en Londres.

-Skyler ven, llegaron unos vecinos a darnos la bienvenida. -La voz de su madre la había sacado de sus pensamientos haciendo que caminara hacía ella con una evidente mueca de desagrado.

Su mamá estaba junto a una señora muy sonriente de unos 47 años aproximadamente y un ¿Hombre? No lo sabía bien pero se veía considerablemente mayor, con gafas y las mejillas sonrojadas ¿El era real? ¿Que hombre se sonrojaba en estos tiempos? De seguro era un raro.

-Skyler Cariño, Ella es la Señora Cox y su hijo Harry,  viven justo a nuestra derecha. -Skyler asiente con la cabeza hacia ellos tomando su mano y estrechándola cuando se la ofrecían demorando aún más tiempo en el hombre de Gafas.

-¿Cuántos años tienes? -Pregunta de forma un tanto descarada sin soltar su mano, haciendo que las mejillas de él se sonrojaran aún más haciéndola soltar una carcajada.

En la ciudad no había hombres como él, se sentía como en un parque de atracciones donde el chico tímido era la atracción principal.

-Tre-treinta. -Harry tartamudea jalando su mano para así poder liberarse del agarre de Skyler sobre su muñeca.

Ella lo hacía sentirse aún más nervioso y sudar. Y el odiaba sudar.

Una vez libre saca un pañuelo de su bolsillo trasero secando su frente mientras que daba un paso hacia atrás. No le gustaba como ella lo miraba de todas manera.

-Lo siento, Skyler es un tanto... Descarada. -Se disculpa su madre por ella invitando a Anne a entrar charlando de forma animada, dejándolos solos en el jardín.

Skyler de todas maneras pensaba divertirse en su nuevo "hogar" así que no tenía problema en  comenzar ahora, así que con sonrisa en su rostro de comienza a voltear.

-¿Por que no me muestras tu casa? -Skyler se voltea completamente hacia Harry y vuelve a tomar la mano desde su muñeca jalandolo fuera de su jardín.

Y aunque esa había sido una pregunta no estaba en juego decirle que no, ya que ella lo jalaba hacia la dirección de la casa a la derecha de su propia nueva casa, no parando hasta que ya estaban ambos en el porche.

-¿No vas a de-decirle a tu Ma-mamá que estás a-aquí? -Harry pregunta un tanto nervioso, ella tenía algo que hacia que su corazón palpitara incluso más rápido que lo de costumbre.

-No hace falta. -Skyler se cruza de brazos mirándolo fijamente.

Harry era muy guapo de seguro fuera de esas gafas y ese tonto peinado, incluso podía decir que quizás tenía buen estado físico bajo de esos ¿Arrapos?

Así que estaba un tanto ansiosa por descubrirlo e incluso si así era iba hacer que mudarse valiera la pena.

Nunca había coqueteado con un hombre mayor, no porque no le gustarán. Los hombres de la ciudad eran muy seguros de si mismo y eso la hacía titubear un poco, pero Harry se vía manejable.

¿Que tanto se podía aprovechar de su timidez? De todas maneras averiguaría, así que sin más cuando esté abre la puerta entra inmediatamente viendo a su alrededor.

Era una casa muy hogareña, aunque aburrida. ¿Donde estaba el televisor y la consola de videojuegos? ¿No sé suponía que a los raros de gustaban esas cosas? Se encoje de hombre girando sobre sus talones hasta quedar frente a él.

-¿Me muestras tu habitación, Harold? Luego si quieres, yo te puedo mostrar la mía. -Skyler muerde su pulgar con una gran sonrisa en su rostro.



My Older Man. 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora