Capítulo seis.

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Un año después-

Por fin las actividades habían dado fin, pronto el reino quedaría a su cargo y tenía que comenzar tener la mente fría. Ahora podía levantarse más tarde, podía abrir sus ojos tranquilo sin nadie apresularle golpeando su puerta constantemente, ahora lo único que le despertaba eran los inaudibles ronquidos de su pelinegro. Ese niño dulzón que se escabullia a su habitación por la noche y caía rendido en las sábanas envuelto en sus brazos, sin hablarse, sin murmurar sólo se miraban, se robaban besos en las mejillas y luego se deseaban las buenas noches. Todo en silencio, nadie podía saber que ese par dormía juntos, eran contra las reglas, pero Taehyung quería tomar el riesgo si al final podía pasar más tiempo con su precioso bebé.

Pero no todo era color de rosa, aunque las clases terminaran con promedió profesional, todo digno de un buen rey, ahora tenía que ensayar su coronación. Faltaban un par de meses para qué cumpliera dieciocho años, las fiestas y eventos tradicionales comenzarían su inicio, todo tenía que estar perfecto, el único hijo de la alteza se convertiría en su nuevo líder.

Y allí estaba Taehyung en el gran salón de fiesta, parado frente a su padre quien sostenía en sus manos una corona de plata, esperando que el cardenal terminará el discurso que recordaba hace años atrás. El rubio poseía una mueca en su rostro, estaba fastidiado y sus pies dolían de estar parado todo el día, no había desayunado y lo peor es que sus dientes no podían estar más apretados que nunca, ¿la razón? Yoochan, allí está el idiota coqueteando con Jungkook, dándole sonrisillas patéticas que no se comparaban nada con las que le daba el menor, hacía molestarle más porque su niño se sonrojaba o desviaba su hipnotizante mirada de su persona para colocarla en su primo.

-Joven principe, ponga atención -le reprocho el hombre de túnica blanca, propinándole un golpeó en la cabeza de Taehyung con el pergamino.

La risilla de Jungkook se escuchó al fondo, el príncipe giro con la esperanza de que el chiquitín le haya visto, pero no, Jungkook no se reía por que recibió un regaño si no porque Yoochan lo alzó del suelo, tomándolo por la cintura con sus sucias manos y el pequeño apoyándose de los hombros, ambos rostros estaban tan cercas, desde su propio lugar podía sentir las respiraciones mezclarse, la lujuria dilatar en esa mirada verde.

-Quiero detenerme -gruñó el rubio.

-¿Por qué? -su padre dejo la corona sobre un cojín y se acercó a su hijo bajando los escalones de distancia, dejo caer su pesada mano en el hombro de Taehyung, frunciendo su ceño por el extraño cambio de actitud.

-Llevamos haciendo esto toda la mañana, tengo cosas que hacer -cruzando de brazos el menor bufo, movió constantemente su pie derecho viendo como Jungkook rodeaba el cuello del chico.

-Eres predecible, hijo mío -el rey uso ese tono de voz burlón, palmeo la espalda del príncipe antes de asentir indicándole al anciano que era suficiente por hoy, recibiendo un resoplo.

Taehyung camino dirección al par, sus pasos resonaban por todo el lugar. Yoochan miro a su primo acercarse, tomo privilegio de tener a Jungkook dándole la espalda para sujetarse en las caderas del pelinegro, hundiendo un poco sus dedos y lo apretó, el pequeño dulzón jadeo ante la repentina acción, sus mejillas explotaron en un hermoso carmesí cuando el mayor dejo un duradero beso en la comisura de sus labios.

Oh Taehyung, no es lo que parece.

Yoochan se alejó con un chasquido, sonrió cínico al alteza.

-Hola Taehyung -fue lo que dijo, el niño en sus brazos miró atentamente el rostro de su ojiazul.

-Los veo luego -escupió girando en sus talones, salió por las grandes puertas azotandolas después, Jungkook lo observó con inquietud.

Los Deseos Del Rey ➸ kth + jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora