capítulo 22

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narra AlexEsos momentos eran uno de los mejores placeres en mi vida. Me encontraba recostado,descansando finalmente y con Ángel recostado en mi pecho tal y como si fuese un gato. Elsilencio en la oscura habitación era roto por nuestras tranquilas y débiles respiraciones.Estaba en paz, moví uno de mis brazos para tocar la espalda del chico con suavidad, algo quecambie por un ligero abrazo, para no llegar a despertarlo. Sentía su calor recorrer su cuerpo,era una sensación agradable y simplemente no pude evitar acercar mi cabeza a su cuello, parasentir su olor que era sumamente una entrada al paraíso. Jadee en voz baja, con una sonrisaun tanto boba en mi rostro. Me estaba comenzando a enamorar cada vez más de este chico.Me sentí cansado, mis parpados pesaban y dudaba en ceder a mis deseos de descansarfinalmente. Quería quedarme despierto para seguir con esta sensación tan adictiva, tanrelajante, aunque fuese solo un rato más. Aunque, igualmente quería quedarme dormido paradespertar el siguiente día y ver una vez más esos ojos, tan brillantes como el rubí y el zafiro.Podría tener muchos más tiempos como esos, más momentos de calma y quizá felicidad.Comencé a cerrar mis ojos, esta vez sin dudar en descansar. Y pude haber descansado si nohubiese sentido una vibración en la mesa de noche. Me acomode y me moví de forma lentapara no despertar a Ángel, abrí mis ojos un tanto exaltado y mire mi teléfono, lo agarre alinstante con un poco de fastidio ¿Quien venía a incomodar mi velada tan tranquila? Bufé,enojado. Encendí el teléfono observando que en la página principal aparecía una llamadaentrante de Laura, y rodando mis ojos conteste.— ¿Qué pasa? —Susurre, mirando como Ángel se escondía en mi pecho al incomodarsepor la iluminación del teléfono, me pareció tierna esa acción, y por ello solté una risapor lo bajo.—Bueno, tenemos un pequeño problema. ¿Sabías? Ven ahora mismo al norte de la ciudad.—Me colgó, dejándome al instante con varias dudas en la boca y sin darme más informaciónde lo que podía estar pasando. Me moví de nuevo para salir de la cama con lentitud para nodespertarlo. Antes de irme al armario y cambiarme finalmente de ropa lo vi, y me tranquilice alver que dormía profundamente.Di unos pasos al armario con discreción, me cambie de ropa y a su vez agarre algunas armas.Decidido fui a la puerta para salir, pero escuche un pequeño sollozo proveniente deldormitorio; era Ángel, quien temblaba del frio. Fui a la habitación antes de irme, y con cuidadole puse una de mis camisas y luego lo arrope con varias de las cobijas de la cama, no queríaque el se resfriara o no llegara a descansar bien. Finalmente le di un beso en los labios, algocorto, y vi como sus mejillas tomaban un tono rosado nuevamente.Después de unos largos minutos, llegue al norte de la ciudad en donde Laura y los soldados seencontraban. Apenas llevaba menos de una semana como líder, y me estaba dando cuenta deque ya tenía un gran problema entre manos.— ¿Que sucede ahora? —Toque el hombro de Laura para llamar su atención, acción que lahizo dar un pequeño salto del susto, era obvio de que se encontraba alerta por alguna razón.

UN OMEGA PARA DOS DICTADORES/yaoi/Where stories live. Discover now