Capítulo Único

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-¡Abran paso a los novios!- exclamaban los jóvenes alumnos de la clase.

Todas las miradas se concentraban en la nueva pareja del aula. Esperaban el maravillosa momento de que Marin decidiera confesarse a Adrianne Agreste. O por el contrario, que esta entendiera lo que sentía por aquel chico de cabellos azabache. Era más que obvia la compatibilidad de estos jóvenes.

El regocijo era enorme. A todos les agradaba ver a la nueva pareja. Marin abrazaba a Adrianne con una felicidad que se le derramaba por las mejillas, tiñéndolas de rojo. Pero esto no trata de la joven pareja, ¡por el contrario!

Nuestra pequeña Protagonista es aquella chica pelirroja que se encontraba mirándolos desde la lejanía de su asiento. El de al fondo del aula. Ella se encontraba mal. Sus ojos eran cristalinos, su labio temblaba y sentía un nudo (¿o más bien presión?) en su garganta. Nadie era consciente de lo que sentía la chiquilla.

Nathalie, ese era su nombre. La pequeña Artista que se sienta detrás de todos. La que raramente intercambia palabras contigo y es fácil de olvidar.

Eso era ella.

Recordaba cada momento con completo detalle. Marin había entrado abriendo la puerta bruscamente. Todos sus compañeros, incluyendola, voltearon atentos a él. El avanzó con un ramo de rosas blancas.

-Nathalie, ¿cuáles son tus flores favoritas -le había preguntado Marin, una de las veces que hablaban en la clase de artes.

-Las rosas blancas- habló ella, mientras que sus mejillas se tenían de un tono rosado.

-¿Y qué significan? ¿Hay alguna razón para que te gusten en específico? -le había pregunado Marin, mostrando gran interés por primera vez en ella.

Eso, en su tiempo había hecho que su corazón se estremeciera y derritiera como el chocolate ante el sol de verano.

-Pureza e inocencia -respondió con calidez, disfrutando de la conversación que finalmente estaban teniendo.

Nathalie estaba emocionada en ese momento, cuando vio aquel sencillo rqno. Luego notó que no solo eran rosas blancas, también habían rojas...

Marin se acercó a Adrianne. Se le veía nervioso. Nathalie sintió que su corazón palpitaba lentamente.

-Se que no soy digno para ti.

"No..." Murmuró su corazón al escuchar la hermosa voz de Marin.

-Y que mereces a alguien mejor.

"Para, por favor." Comenzó a temblar un poco, como si un escalofrío recorriera su cuerpo.

-Pero me encantaría que me dieras una oportunidad de estar a tu lado. Compartir la felicidad contigo.

"Marin..." Sus músculos comenzaban a sentirse débiles, como si fuera gelatina.

-Así que, ¡Por favor se mi novia!

Nathalie sintió que su corazón se detuvo completamente al escuchar la petición. Sabía que si una parte de ella rogaba por el rechazó del chico la haría mala persona, había veces que quería ser mala persona y no estar en el limbo de qué pensamientos seguir.

Sí, Nathalie sería mala persona hoy.

-Marin... no puedo negarme, la verdad es que me gustas -declaró Adrianne y recibió el ramo.

Eso mató a Nathalie.

Todo el salón se alegró.

-¡Abran paso a los novios! -viciferó Alex. Su amigo.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2020 ⏰

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