열다섯

3.1K 288 56
                                    

YoungMi

— ¡¿Por qué no me dejas en paz?

— Solo quiero que vuelvas a mí.

Sunwoo se apoderó de mis muñecas, y me manipuló hasta finalmente estar sobre la cama. Se posicionó encima mío, pues dado esto, no lo pensó dos veces para dejar un camino de besos por mi cuello.

— ¡Déjame ir!


— ¡YoungMi! ¡YoungMi! —escuché llamar mi nombre. — ¡Despierta!

Me levanté agitada. Mis ojos recorrieron toda la habitación, y mi respiración fue yendo normal lentamente. Volteé a mi costado, ahí estaba mi novio que preocupado me dirigía la mirada.

— Hoy tus gritos fueron más constantes y fuertes. —habló. — Me diste un susto.

— Ya no quiero soñar. —contesté, con un nudo en la garganta. — No puedo más.

— Tienes que ir con un psicólogo, bebé. —se acercó para rodearme con sus brazos. — Esto de hacerlo pasar por ti misma, se hace complicado aún más. Es muy fuerte y estás sufriendo mucho.

— Ya te dije que no iré.

— Pero tienes qué. —besó mi coronilla y comenzó a mecerme.

Rápidamente la escena de Sunwoo se me vino a la cabeza. Negué.

— No, por favor.

Sunwoo se encontraba prófugo. No había ningún rastro de él, ni de sus amigos. Lo que a mí madre le provocaba temor cuando yo daba un paso fuera de casa.

Mi vida había dado un completo giro. Ya no era la misma chica libre que no se preocupaba por la sociedad, pero ahora lo era y con precaución. 

Yoora, mi mamá, y mi novio, se convirtieron en las personas más importantes; su apoyo incondicional hicieron que eliminará la mayoría de muchos malos recuerdos.

Pero ahora era mayor, y debía entender que no podía estar escondiéndome toda la vida.


— ¿Por qué llevas todo el día pegada en el celular? —mi novio colocó su cabeza en mis piernas. — Necesito mimos.

— Estoy buscando un trabajo.

— ¿Dijiste, "trabajo"? —asentí. — Creo que ya hablamos de esto YoungMi, y varias veces.

— Necesitamos dinero. Mamá ya está cansada de trabajar, lo noté, ocupa descansar. Y tú, no puedes mantener el departamento solo por tu cuenta. No hago nada más que estorbar. Dejemos de jugar a las escondidas por una vez y volvamos a la realidad.

— Una realidad donde podrías volver a correr el riesgo que te secuestren.

— ¿Tanto le temes?

— ¿Tú no? —se levantó para poder conectar su mirada con la mía. — Entiende que este no es un juego.

— Exactamente, no es uno. Y si piensas que mantenerte escondido es una forma de salir adelante, sobre todo madura, estas mal.

— YoungMi.

— Ni siquiera lo intentes.

(+++)

La chica dejo a su pareja confundido sobre la cama, mientras ella caminaba hacia la cocina manteniendo la llamada.

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Where stories live. Discover now