Un amor para Evan

18-"Pases"

-Jack -dije al encontrarlo en medio del pasillo del colegio. Caminaba hacia la salida con la cabeza gacha y la mirada algo perdida. Me aterraba pensar que yo tenía algo que ver.

Él se giró para verme, se le notaba en la mirada que estaba molesto y que se debatía entre caminar hacia mí o darme la espalda y no hablarme jamás. Sabía que era lo correcto, que esta vez debía encararlo y decirle lo que tanto había estado postergando. Al mismo tiempo, nos aproximamos el uno al otro hasta quedar a poca distancia. Jack era maravilloso, decía todo con la mirada y en ese momento, parecía estar sufriendo, aunque lo disimulaba muy bien.

-Hola -respondió fríamente.

-Adiós, Maddy. Nos vemos mañana -dijo Hannia despidiéndose de mí con un beso en la mejilla-. Adiós, Jack.

Hannia caminó a lo largo del pasillo y nos dejó solos. Yo le había dicho a Evan que iba a estar con Hannia y que no era necesario que me esperase para llevarme a casa. Iba a decirle la verdad, por supuesto, una vez estuviera en mi hogar. «Tal vez una llamada por Skype funcionaría», pensé.

-¿Estás molesto conmigo? -hablé con un nudo formándose en mi garganta

-¿Debería estarlo? -Él y Evan tenían algo en común, eso era seguro.

Jack me miraba fijamente a los ojos. Estaba frente a mí, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, dejando fuera los pulgares. Sus facciones poco a poco se fueron aligerando y algo en él me hizo pensar que estaba feliz de que se hubiera dado ese encuentro.

-No, no deberías. Escucha...

Me mordí ligeramente el labio inferior antes de continuar. Estaba nerviosa por la reacción que iba a tener.

-Estoy saliendo con Evan.

-Lo sé. -Se apresuró a responder para no escuchar detalles.

-Tú eres mi amigo y creí que debías saberlo...

-Mira, Maddy, no tienes que explicarme nada. Él es mi primo, vivimos en la misma casa, lo conozco desde hace tiempo. Sabía que iba a pedírtelo, aunque no anticipé que iba a hacerlo esa noche... ¿Sabes? -Jack llevó la mano derecha hacia mi barbilla y con delicadeza, elevó mi rostro para que lo mirase a los ojos-. Yo iba a hacer lo mismo, por eso fui a la fiesta, pero... -Se encogió de hombros al recordar lo acontecido-. Bueno, las cosas no siempre salen como uno quisiera.

Asentí.

-Te aprecio y por más que hubiera deseado ser yo con el que estuvieras, sé que no puede ser. Debo admitir que te sigo guardando gran afecto y que te apoyaré pase lo que pase. Quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo.

Las palabras de Jack reflejaron la buena persona que era. Después de todo, no era tan malo como Evan creía. «Tal vez si le diera una oportunidad...».

-Lo sé, también te aprecio. Y me da gusto que hayas comprendido todo esto...

-No digas más. ¿Quieres un café? Yo invito.

-No lo sé, yo...

-Como amigos, eso hacen los amigos, ¿no? Además, no le diré nada a Evan. Puedo guardar el secreto.

-Está bien -dije titubeante-, vamos.

Jack me invitó un café y pasamos la tarde juntos. También me presentó a unos amigos y horas después, regresé a casa. Me alegraba saber que Jack estaba bien y que mi relación con Evan no había fracturado nuestra amistad.

Al entrar a casa, subí a mi habitación y llamé a mi novio por Skype. Tenía que decirle que había hablado con su primo y que todo estaba bien entre nosotros.

Evan era perspicaz o quizá yo era muy evidente, pero lo notó al instante. Sabía que algo pasaba y no desistió hasta que se lo revelé. Le dije parte de la historia...