Dirty Dream II????

1.1K 123 2
                                    

Al día siguiente me desperté con el movimiento de las sábanas. Las dos enfermeras haciendo el cambio de muda mientras dormía. Tenía demasiada pereza como para hacer algún esfuerzo por lo que una de ellas se me acercó a un lado para darme los buenos días con un beso en la mejilla. Si mi madre estuviera presente se la echaría a patadas por tocar a su niño adorado.

Taemin era un jovencito irresistible para cualquier persona porque hasta las enfermeras lo malcriaban pese a ser un testarudo de primera.
Le cambiaron las viejas sábanas por unas impecablemente blancas, con aroma a lavandería que hacía de su buen humor mejorara. Pronto la puerta se cerraba, dejándolo solo no por mucho tiempo porque su madre hizo acto de presencia con sus zapatos de tacón alto creando una especie de eco en el pasillo para anunciar su llegada. Primero le echó una mirada espeluznante a la mujer más joven poco antes de saludar, pasando de ellas a su consentido despectivamente, estampándose una sonrisa en la cara. Taemin rodó los ojos, avergonzado por esa maldita costumbre que tenía ella de alejar a las muchachas de su alcance. Así como iba jamás tendría una novia. De hecho. . . Nunca ha pensado tener una.

—¿Cómo estás, cielo? ¿Te duele? ¿Cómo pasaste la noche? –Cuestionaba una tras otra vez mientras tocaba las mejillas de su hijo como si éste sufriera fiebre.

A Taemin le hacía algo de gracia pero de igual modo la había extrañado mucho, esquivando sus excesas demostraciones de cariño por todo su rostro. Él se encontraba bien, bueno, los medicamentos lo estabilizaban.

—Bien, ma, bien.

Y su rostro se vuelve colorado al momento de recordar su primer sueño húmedo. Por supuesto que no le diría, habría de ser estúpido para abrir la boca. Para darle tiempo a que su sonrojo desapareciera se puso a jugar con sus dedos nerviosamente.

—¿Ha venido Minho a revisarte? —Preguntaba otra vez, ordenándole los cabellos suavemente y el menor cerró los ojos ante el contacto, tardando unos minutos en responder esa sencilla pregunta pero que en su mente se le hacía muy difícil procesar.

—Sí. Él viene por mí en las noches... Dice que voy mejorando, saldré de aquí pronto. —Miente sin ser capaz de elevar la mirada pero sonando lo suficientemente convincente como para que su madre no siguiera haciéndole más preguntas. En vez de eso lo empezó a peinar, relajándolo. A veces creía que ella siempre quiso tener una hija porque nunca se cansaba de tocar su cabello, diciéndole cuánto le encantaría hacerle unas ridículas trenzas.

Así se la pasó durante las siguientes tres horas en que tuvo a su madre encima, peinando de su lacio cabello mientras se desahogaba de cuánto le jodía ver a la enfermera "indecente" con pinta de directora. Taemin la hacía enfadar con expresar su apego hacia ella, recibiendo zapes en la frente por parte de su progenitora. Sí tan solo supiera que el doctor incluso lo había besado...

Menos mal que debía regresar al trabajo porque sino estaría soportando sus reclamos por largas e interminables horas. Taemin la despide con un beso, recibiendo otros cinco más hasta dejarle la marca de labial rojo por las mejillas y frente.

Al fin podía respirar.

Oh no. . . Maldición.

—Buenas tardes, Taemin.  —Minho hizo aparición en el pequeño dormitorio, con esos aires burlescos en su rostro que molestaban tanto al menor.

Taemin dejó de moverse, helado por verlo a esas horas porque nunca le veía tan temprano. Hasta se le fueron las ganas de seguir leyendo su cómic de un segundo a otro.

Le regaló una expresión de completo asombro, y Minho pensó que lo había dejado mudo en la camilla.

Y habló.

Dr. ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora