Final

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Lo que sería compartir una sola noche apasionada se transformó en una gran explosión de acontecimientos a lo largo del tiempo. Taemin desde ese momento jamás volvió a su hogar porque su verdadera felicidad estaba con Minho. A su lado, verlo despertar cada mañana, admirarlo somnoliento y pidiéndole que lo bese antes de comenzar un nuevo día.

Cinco años habían cumplido desde su reciente aniversario de matrimonio con una pequeña hija sumándose a la familia. La pequeña Choi Eun.
Por supuesto que intentaron concebir por sus propios medios tras noches intentando embarazarse pero Taemin no contaba con un útero en el cual poder darle lo que ambos deseaban. Lo que significó ver lágrimas en los ojos de Taemin destrozado por no ser capaz de cargar un vientre abultado y en el que pudieran juntos ver crecer.
Adoptaron al poco de convivir juntos, siendo la alegría de la casa desde sus primeros meses de vida, era como si ellos fueran sus padres biológicos y a Minho lo tenía completamente enamorado.

Choi Eun se convirtió en la prima de  Kim MinJi, la hija de Jonghyun con Kibum, el matrimonio que los inspiró en formar la familia que hoy en día son parte.


—Eun, Eun. ¿Qué te gustaría ser de grande?

La menor se encontraba sentada en una sillita de plástico con una muñeca bailarina entre sus brazos mientras la hace dar giros como cuando Taemin y ella jugaban en el salón las clases de ballet que aún estaba a cargo.
Ella no lo pensó por mucho tiempo, mostrando un par de ojitos brillosos de emoción antes de exclamar felizmente:

—¡Bailarina de ballet como omma Tae!

—¿Y porqué no como tío Minho? —Preguntó su prima mayor, peinando entretenida otra muñeca y frunciendo el ceño por pura curiosidad.

—Es que... Me da miedo.

—¿Qué cosa?

—La sa... "Sangle" . —Se avergonzó en decir la hija de Choi, quien formó un puchero al no ser capaz de pronunciar «sangre» a sus cortos cinco años de edad. MinJi le regaló una tierna caricia de sus mejillitas, la adoraba como una hermana.

—Oh, ya entiendo. Tu papi debe estar acostumbrado a eso.

Aquella plática era escuchada por Minho y su esposo detrás de la puerta de la habitación donde se encontraban las niñas. Taemin no podía evitar reír con las palabras equivocadas de Eun, pero Choi le cubría la boca con la mano para seguir oyendo las vocecitas porque eran unos padres demasiado curiosos.

“Sht. Calla, Tae, deja escuchar”.
“Ay, lo siento, amor”.


—¿Y tú qué serás de grande? —Preguntaba ahora su pequeña.

—Quiero ser modelo. Omma Key es diseñador y me ha enseñado algunas cosas de su trabajo. ¡Es divertido verlo usar bolsos con brillos! —MinJi sonreía lindamente mientras fingía caminar en una alfombra roja, sosteniendo su vestido en la punta de los dedos y haciendo gestos exagerados de una estrella de rock frente a una cámara imaginaria. Eun sólo se agarraba la pancita del ataque de risa, aquello lo había heredado de su padre quien a la hora de reírse se oía a kilómetros.

El sonido de un chasquido de lengua les hace sobresaltarse a ambas, con sus pequeños y aniñados rostros colorados de vergüenza de descubrir a la pareja vigilando detrás de la habitación. Tenían caritas tipo, “no hemos hecho nada malo".

Minho se agachó para dar palmaditas en sus piernas, siendo rodeado por las mujercitas en un apretado abrazo grupal el cual Taemin se incluye desde atrás, besando las cabecitas de cada una mientras avanza hacia la sala principal donde se encuentran Key con su marido para darle un sorpresivo saludo a su hija. MinJi cumplía diez años y se pusieron de acuerdo para dejarla jugar con Eun durante el día así tener el tiempo suficiente para prepararle una fiesta en familia porque al día siguiente lo celebraría en grande con sus amigos del colegio.

En la mesa de centro se apreciaba un pastel de color lila, decorado con un estampado brillante y colorido en forma de diamante como tanto lo había deseado. (También como Kibum quería) Jonghyun la rodeó en un abrazo protector, cantándole a la niña de sus ojos una dulce melodía en versión propia "cumpleaños feliz" haciéndole por poco saltar un par de lágrimas porque amaba cuando su padre cantaba para ella, aferrándose a él a su camiseta mientras Key se unía al canto con una sonrisa orgullosa.

Taemin fue quien se ofreció a encender las velitas, riéndose por la forma excesiva de Minho de estar protegiendo a Eun de no acercarse a soplar las velas.

—No es tu turno, mi amor.

—Pero... ¡Papi! –Eun comenzó a sacudir las trencitas con enfado, estirándose hacia su objetivo de querer tocar el pastel y arrasar con todo.

—No es no. Cuando cumplas años tendrás una mucho mejor de tres pisos para que las soples tú solita. ¿Sí? —La intentaba convencer, suspirando agotado mientras Taemin le dedica una mirada seria. No le gustaba que Minho la consintiera tanto ya que por esa razón tenía ataques de berrinches para conseguir lo que quería. Cinco años y ya era una experta manipuladora. Tal como él.

—MinJi, pide un deseo.

La cumplañera juntó sus manos sobre su rostro, con los ojos cerrados a la vez que hablaba en voz alta lo primero que se le vino a la mente. "Deseo tener una hermana como Eun".

Los adultos se miraron entre sí, oyendose la estruendosa risotada de Minho después de ver las caras de Jjong y Key completamente enrojecidos de vergüenza. Tenían de hija una muchacha bastante directa e incluso aún más exigente que Kibum.

—Tienes a Roo en casa, cariño. —Interviene su papá, con una expresión de extrañeza que le divierte.

—Con ella no puedo hacer desfiles de moda. Dah. —Se quejó con una mirada consentida que jonghyun no es capaz de ignorar ni resistir.


               °            °               °               °



Todo tenía un porqué, una consecuencia y un destino difícil de entender. Si se ponía a pensar en su adolescencia jamás hubiera imaginado llegar a este punto de la vida que se sentía plenamente feliz con un hombre que conoció en la sala de urgencias cuando fue apuñalado en una riña escolar y terminó por enamorarse de él perdidamente.
Aún recordaba las veces que le había gritado cuando le visitaba a las tres de la mañana a verificar su vendaje o aquella vez que le había besado en la tina. Desde entonces no pudo olvidarlo ni siquiera cuando se reencontraron porque Minho logró robarle el corazón el día uno y su amor por él ha crecido demasiado cada día, cada noche, cada vez que lo mira o le sonríe de esa forma que lo enloquece.


—¿Qué sucede, mi amor?

Su voz ronca le hizo parpadear, acurrucándose en el hombro y hacer círculos en aquel torso desnudo con las yemas de los dedos. La noche estaba fresca, pero perfecta para encontrar el calor de su esposo entre sus brazos.

–Sucede que te amo con locura. —Confiesa a la vez que junta sus narices en un cariñoso acto de amor.

—También te amo, mi niño. Eres todo para mí.

Minho le besó los labios con posesividad mientras le acariciaba la cintura por debajo la pijama con el deseo permanente de amarlo el tiempo que les permita estar juntos, cuidarlo como su más preciado tesoro y apreciar los regalos que la vida misma se encargó de darle a su lado.




🐸❤️🌱



Y colorin colorado este cuento se ha acabado.
Acepto pifias, jamones, chocolates.
En primer lugar les quiero dar las gracias a esas personitas que le dan tomado cariño a esta historia. La tenía planificada hace bastante tiempo pero cuando empecé a estudiar en el instituto me desconecté por completo hasta olvidar lo que iba a escribir en los siguientes capítulos. (Muy sad😭)
Al principio serían 3 capítulos y terminé alargándolo un poco más. ¿Les gustó? ¿No les gustó? ¿Muy corto?
En lo personal he quedado un poquito insatisfecha pero es parte de aprender.

¡Les prometo mejorar! ❤️❤️

Dr. ChoiWhere stories live. Discover now