Sentir miedo, de cualquier cosa,
un miedo firme que no retroceda,
que te taladre el pecho y te acalambre las extremidades,
que sea un miedo en seco que te recorra el cuerpo desde la cabeza hasta los pies,
que te haga tambalear,
que te den escalofríos,
que logre que tu corazón bombee sangre excesivamente rápido,
y temblar;
que el cuerpo duela de tanto sentir y por no conseguir generar un movimiento además de los espasmos por la falta de aire;
los pulmones se cierran compulsivamente y procuras parar en un intento desesperado por obtener un poco de oxígeno, e inhalas, exhalas y repetís, pero no alcanza.
Pensar que estás por morir,
porque la tensión que pasa por tus músculos no es normal y el aire nunca más penetrara las barreras sólidas que se instalaron en tu tráquea,
la garganta se dobla y estira,
tus ojos empiezan a producir aquel líquido salado que te nubla la vista y quizás también sea posible quedar ciego,
porque no sabes,
no entendes,
qué mierda te está pasando
y los minutos pasan con riós recorriéndote el rostro y gritos intentando escapar de tu boca seca en pedido de auxilio hacia alguien ausente que debería llegar a ampararte,
pero nadie llega
ni te ampara
y conseguís realizar una seguidilla de movimientos para terminar en el piso,
con tus pensamientos incoherentes derivados de conclusiones producidas por la mente enferma que te posee
y así como surgió,
de la nada concluye con uno tumbado en el piso de la habitación,
con lágrimas secas y el organismo exhausto.
Y luego de eso,
sólo queda dejar de existir por un tiempo
y procurar nunca más quedar en silencio,
pensando
y sintiendo miedo.
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Las cosas que llevo atoradas en la garganta.
Randompuedo callar, pero no para siempre.
