Capítulo 15

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—Aquí tiene. — El más alto dejó la bandeja llena de postres en la pequeña mesa.

—Yo juraría que los postres se comen después del almuerzo, incluso se puede esperar un cierto tiempo, pero no sabía que se podían comer incluso pasada dos horas. ¿Tú lo sabias Kagami-kun? — Preguntó con inocencia.

—Sí, sé que es tarde, pero no sabía lo que le gustaría así que traje todo lo que se me ocurrió, y preparar esto lleva tiempo.

—Habría ido con Akashi-kun desde el principio, pero por razones que desconozco no está en la mansión, por lo que eso te da otra oportunidad. — El pelirrojo suspiró cansado, realmente quería largarse de allí y seguir con su trabajo.

Agradecía por un lado que su superior no estuviese, y por el otro lado lo maldecía, ya que gracias a que salieron él y los demás en búsqueda del castaño, se le olvidó los alimentos del peliceleste. La única razón por la que volvió a su mente ese trabajo extra fue porque Yukio había dicho a cada uno de los subordinados no mencionar nada al respecto con los superiores presentes en la residencia. Eso a más de una hora atrás.

—Lamento el inconveniente Kuroko-sama, ¿podría solamente probarlos y ya?

El menor lo miró sin expresión para luego observar la variedad de postres.

"Parecen decentes."

Kuroko dejó el libro que leía a un lado del sofá y se dispuso a probar los postres. En ello Taiga comenzó a rezar.

El primero en tener el honor fueron las galletitas, el peliceleste no quedó impresionado. Siguió una cucharada de helado, no estaba mal. Después fue la tarta, este estaba bueno según el criterio del menor. Hasta ese punto el peliceleste se había percatado de algo.

—Kagami-kun, ¿por qué todo sabe a vainilla?

—Es que no sabía si le gustaban los chocolates, frutillas u otros sabores, por lo opté por vainilla.

—¿No pensó que por casualidad me gustará el chocolate? — Preguntó mientras lo observaba.

—Entonces, ¿le gusta el chocolate? — Preguntó inocentemente, y es que en realidad a esas alturas al pelirrojo se le agotaban las opciones. Ante tal pregunta el peliceleste sonrió, pero fue casi imperceptible.

—No, no me gusta ningún sabor en particular. — Después de ello tomó una cucharada de flan, su disgusto fue notorio ya que realizó una mueca, era demasiado dulce para su paladar.

Por último, tomó el vaso con la pajilla, dudó ya que no estaba seguro de lo que era, pero luego simplemente sorbió el líquido.

Kagami en ese momento ya veía como Akashi lo regañaría y probablemente disminuiría de su salario, y es que esa malteada era su última oportunidad.

Y sin que ninguno lo esperase, luego del primer sorbo, el peliceleste sorbió descomunalmente lo que sobraba en el vaso.

—Kagami-kun, quiero más. — Mencionó al instante que vio su vaso vacío.

—Lo siento, pero solo hice lo bastante para una porción. — Taiga vio de manera extraña a su superior, este parecía no estar en sí.

—Pues entonces harás más. — El peliceleste tomó la muñeca del mayor y comenzó a arrastrarlo para afuera de la biblioteca y con dirección a la cocina.

—¡Oiga! — Habló al ver como el menor lo arrastraba. — ¡Suélteme! — Gritó. — ¡El trato era que luego después me dejaría libre!

Entonces el menor se detuvo abruptamente y soltó al más alto. Este se sobó la muñeca. Vio cómo su superior venía a él cabizbajo y sin ánimos.

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