O12

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- déjame ver- saqué el termómetro y efectivamente tenía cuarenta grados, rápidamente tomé una pastilla de la carterita y se la di junto al vaso con agua, Sebastián la tomó y volvió a recostar su cabeza en la almohada con pesadez.
-siento que el techo se me va a caer encima- me dijo entre dormido y despierto, sus ojos se cerraban por si solos y su cabello de la parte frontal se mojó gracias a la toalla helada que le coloqué en la frente.
-tranquilo, descansa, aquí estaré- su mano buscó la mía, me senté a su lado y se la tomé, comencé a acariciar su cabello para arrullarlo un poco y lograr que se relajara, siempre funciona.
-¿te quedarás conmigo?- dijo abriendo los ojos con dificultad, yo asentí en silencio y él me regaló una sonrisa torcida.
-te amo, desde el primer momento en que te vi siempre te he amado- dijo con la voz ronca y delirante, seguramente era por las alucinaciones que la fiebre le estaba causando, a lo mejor Sebastian tenía a una chica a la cual amaba y yo obstruyendo su felicidad con mi estúpido guión, que ha decir verdad aún me faltaba bastante de eso, él comenzó a sudar y se quedó dormido por la forma en que su respiración se acompasó, Alexa asomó la cabeza por la puerta y me hizo señas para que saliera, solté a Sebastian y salí como mi amiga me lo había pedido.
-¿no iras a la escuela cierto?- negué cruzándome de brazos mientras ella sonreía tiernamente.
-no puedo dejarlo, está muy enfermo, ve tu y toma apuntes por mí, ¿sí?- Alexa asintió, me dio un beso en la mejilla y se detuvo en la puerta antes de irse, se volvió a mí de nuevo y tomó una gran bocanada de aire.
-me alegraría mucho que tú y sebastian estuvieran juntos de verdad- comentó en voz baja.
-es no va a pasar, ya te lo dije como cien veces, pero tal vez podamos ser amigos- Alexa torció la boca, rodó los ojos y por fin se fue rumbo a la facultad, no sé cuál era su terquedad en que ambos termináramos juntos, si esto fuera una película podría ser que hubiera un final feliz, pero yo sabía que después de nueve días aproximadamente, Sebastian se iría para siempre de mi vida.

Narra Sebastián.

Me sentía mareado y empapado en sudor, pero ella aún estaba conmigo cuidándome, acariciaba mi cabello sin importarle lo asqueroso que resultase al combinarse con mi sudor, y no fue a sus clases solo para asegurarse de que yo estuviera bien, ¿será que en cierto modo ya me empecé a ganar su corazón?
-Sebastian , ¿Cómo te encuentras?- en el cielo, rodeado de un coro celestial de ángeles, así me sentía junto a ella, podría quedarme así todo el día, y eso es lo que haría, ya me sentía muchísimo mejor, pero si aquella era la única forma en que ________ iba a abrazarme y a mimarme pues lo aprovecharía al máximo.
-mal, me duele todo y tengo mucho frío, ¿podrías abrazarme?- sentí como ella se levantaba de la cama y abría una puerta, demonios creo que no salió como yo esperaba, a lo mejor no me quiere ni un gramo y salió huyendo, abrí un ojo y la vi frente a su armario, tenía una chaqueta algo grande para que fuera de ella en sus manos, se acercó a mí.
-vamos, necesito que te sientes un poco, estás algo sudado y eso te hará daño- hice lo que me pidió y una vez sentado ella me sacó la camiseta como si yo fuera un bebé, ahora quería comérmela a besos y tenerla debajo de mí, pero habría que esperar para que mis pensamientos y deseos se volvieran realidad.
-¿Qué haces?- dije fingiendo inocencia.
-te voy a poner algo seco- ese suéter no era de ella, me quedaba a la perfección, y además olía a hombre, ¿Qué tal que era de Robert?, mi buen humor se fue a un viaje a china y lo remplacé con un enojo inmenso hacia ella y a su estúpido ex.
-no quiero nada, déjame- aparté sus manos de mí y me quité el suéter color negro, lo arrojé por ahí y ella me miró con ojos furiosos, tal vez me pasé porque hizo una buena acción cuando jamás las hace por mí, pero no puedo estar tranquilo sabiendo que ella aún conservaba cosas del tipo ese.
-no vuelvas a arrojar esto, ¡jamás!, es de mi hermano Steve y me lo regaló con mucho cariño, no puedo creer que si quiera pensé en prestártela- ofendida salió de la habitación y azotó la puerta tan fuerte que pensé que se rompería, soy el más grande idiota, aparte de bocón también celoso sin control.

No iba a esperar a que ella regresara porque sabía que no lo haría, ______ no era del tipo que van y te piden perdón mucho menos cuando tú tienes la culpa de su enojo, si no iba yo a pedirle perdón ella jamás se preocuparía si quiera por intentar arreglar las cosas, así que con mucho cuidado me levanté de la cama y salí solo para encontrarla sacando unas verduras de su refrigerador, picaba una zanahoria con mucho coraje y hablaba consigo misma.
-si no fuera porque está convaleciente ya le hubiera propinado un buen golpe en sus hermosos ojos, ¿Cómo se atreve a arrojar de esa manera la prenda de Steve?, con lo importante que es para mí, pero que se olvide que le vuelvo a prestar algo...- sonreí cuando me di cuenta que hablaba de mí, dijo que mis ojos son hermosos y además iba a prestarme algo que a ella de verdad le importaba, ahora estoy seguro que siente algo por mí, aunque muy en el fondo de su alma claro, yo tendría que luchar por sacar a flote esos sentimientos antes de que decidiera sacarme de su vida, sé lo importante que es su película y su concurso, soy un patán por aprovecharme de la situación pero no habría otra ocasión para tenerla de esa manera.
-¿Cómo es que se preparaba esta cosa?, yo no sirvo para esto- recordé la forma en la que ella despreciaba cocinar, ahí estaba preparando una especie de sopa, que si no me equivoco es para mí, ella estaba cocinando para mí cuando odiaba hacerlo, me ama... bueno me ama de una forma indirecta, ella aún no lo sabe, tengo que darle un empujón.

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Como les prometí, a tiempo el capítulo! :)
Está corto pero interesante.

"La mejor historia de amor"  ( Sebastián stan y tu) (ADAPTADA) Where stories live. Discover now