Dulzor picante -〖Male!Mangloy〗

Mi amigo me tiene ganas jalp

#lostitulospendejossonlomejor

esto va dedicado a ti que lees esto ;)

El rubio sufría en la cama, estaba media hora intentando pasar el nivel de un juego sin éxito. Suspiró dejando su teléfono a un costado para poner su atención en su mejor amigo, el albino revisaba su Twitter en su celular viendo memes, imágenes o fotos de las cuales entre ellas pudo distinguir a Farah y Bruni posando para una foto mientras Brit estaba con cara de pocos amigos en el fondo. Aprovechando que el albino estaba sentado en el suelo apoyando su espalda en el filo de la cama, se arrastro hasta ahí, se dio la vuelta y dejó caer su cabeza para mirar al chico. Le tendió su celular haciendo un puchero.

—Max pasame este bendito nivel, por favor—pidió alargando algunas vocales en signo de cansancio.

El chico lo miró con su cara de pocos amigos que a Jay le encantaba, es que ¿a quién no le gustaría? No podía negar que su amigo se veía sexy con esa cara, y claro, aunque se muestre así podía asegurar que su amigo era una bendición de persona. Amable y servicial aunque algo tosco y antipatico. Pero eso no importaba, así quería a su amigo.

—¿Cuanto por que Farah y Bruni salen? —dijo distraídamente mientras desbloquea el celular y pone en marcha una partida de Voltron, la música del juego fue gloria para Jay.

—¿Uhm? ¿Farah y Bruni? —preguntó dudoso, ya había visto a Farah mostrarse muy posesiva con Bruni y está muy melosa con Farah. Le dolía un poco saber que Brit tenía un amor no correspondido. Max lo notó y golpeó su frente sin dudar.— Hey, ¿eso a qué viene, idiota?

—Cuida esa boca puto.

—Tú también estás insultando.— Se quejó mientras se acomodaba para mirar al techo.

—Yo puedo insultar, tú no, estas prohibido de eso.— lo miró autoritario por unos segundos para después volver su vista al iPhone de Jay, malditos millonarios y sus teléfonos de manzanas.

—Tú me golpeas, estoy en mi derecho.

—Pones tu cara de vieja amargada y eso hace que te veas horrible, se te formarán arrugas y eso no te conviene. Eres modelos por Dios.

—Ya mamá, no lo volveré a hacer.— respondió arisco, odiaba a su mamá y que Max suene a ella no le gustaba en lo absoluto.

Un silencio incómodo se formó entre ellos dos, la habitación estaría de silencio de no ser por la música que emitía el celular de Jay. Max bufó una vez la música que indicaba su victoria sonó, tiro el celular a la costosa cara de Jay.

—Haz espacio perra.— Lo empujó recibiendo una queja y se acostó a su costado, ambos miraron el techo lleno de pegatinas fluorescentes de estrellas que habían pegado hace un año cuando el rubio mencionó que le encantaban las estrellas. Max llegó con una caja llena de pegatinas fluorescentes de estrellas en su cumpleaños, Jay nunca se sintió tan querido.—¿Y respecto a mi hermana?

—Son bolleras.

—Como tú.

—Idiota.

El albino río divertido mientras recibía un golpe suave en el hombro por parte del rubio. A Max se le dio por recordar el tiempo que llevaba siendo amigo de Jay, no recordaba si cumplían exactamente un año de amistad o dos. Notó el gesto de tristeza en la cara del más alto, no dijo nada en ese instante. Minutos después cuando sus ojos se cruzaron con los tristes ojos azules de Jay supo que era algo de lo que el rubio si quería hablar. Retuvo un suspiro y se colocó de costado descansando su cabeza en su brazo y quedando cara a cara con el rubio, este hizo exactamente lo mismo.