2. Un mal inicio

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Ana está lista para ir al siguiente día a la casa de su tía Johana y hablar con Gabriela y Alexander, su madre dijo que lo mejor sería que se quedará unos días con ellos durante las vacaciones. Alistó sus cosas y se fue a dormir, pues la esperaban unos largos días con sus tíos.

Se levantó muy temprano, su mamá ya estaba preparando es desayuno y sus abuelos Manuel y Liliana estaban en la mesa, su abuelo estaba leyéndole la biblia a su abuela como de costumbre. su familia siempre ha sido muy creyente y esto es gracias a sus abuelos.

 su familia siempre ha sido muy creyente y esto es gracias a sus abuelos

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- Baja a comer Ana, se te va a...

- Ya estoy aquí mamá -La interrumpió Ana.

Sus abuelos también se sorprendieron un poco de la emoción de Ana María.

- ¿Y eso, mija? Tan temprano y ya está lista? - Dijo el abuelo Manuel.

- Si, nono, es que estoy muy emocionada por ir de vacaciones.

- Y tienes unas cosas por preguntarles, Ana, no lo olvides - Dijo su madre.

- Sí mamá, lo haré.

Ana terminó de desayunar mientras su madre le contaba a la abuela Liliana que aún no sabía que estudiar y que había decidido que visitara a sus primos para hablar con ellos y pedirles ayuda.

- Ay Anita, suerte con eso y veo que ya se va, que le vaya bien.

- Gracias nona, si, ya voy saliendo.

Ana tomó sus cosas y se dispuso a salir, cuando su abuela volvió a hablar pero esta vez para pedir ayuda.

- Patricia, Ana María! vengan niñas! Al abuelo Manuel le esta dando un ataque!

- ¿QUÉ? - Dijeron al unisono madre e hija.

- Llamen a una ambulancia! -Continuó gritando la abuela.

Patricia llamó rápidamente, en realidad ya tenían el número del hospital más cercano anotado. No era la primera vez que el abuelo Manuel tenía problemas de salud.

- Ya mamá, ya van a llegar - Dijo Patricia tratando de tranquilizarla.

- Ay Dios mio. Anita, ayúdeme a levantar al abuelo.

- Si, nona. Por favor, cálmate.

Llegó la ambulancia y los paramédicos auxiliaron al abuelo y Patricia se fue con ellos, dejando a Ana y a su abuela ya que la señora estaba muy alterada.

Ana le preparó un té a su abuela y le ayudó a calmarse. Se quedaron en casa preocupadas, aunque Ana intentaba no demostrar su preocupación pues no quería alterar a su abuela. Sin embargo permaneció con el teléfono esperando a que su madre llamará para dar noticias, un par de horas después la madre llamó y Ana contesto apresurada y llamó a su abuela para que bajara a escuchar lo que esperaban que fueran buenas noticias.

Patricia empezó a hablar rápidamente y responder todas las preguntas de la abuela Liliana que estaba muy alterada. En el hospital los doctores atendieron rápidamente a Don Manuel, sin embargo parecía estar grave, Patricia les sugirió tomar un taxi e ir al hospital a ver al abuelo.

 En el hospital los doctores atendieron rápidamente a Don Manuel, sin embargo parecía estar grave, Patricia les sugirió tomar un taxi e ir al hospital a ver al abuelo

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Ana sabía que esto no significaba nada bueno pero no dijo nada pues no quería preocupar mal a su abuela. Solo esperaba que esos malos presentimientos no fueran más que eso.

Llegaron al hospital y la abuela entró rápidamente a ver a su esposo. Mientras, Patricia salió a hablar con Ana y le dijo que parecía que el abuelo estaba realmente grave del corazón pero le pidió el favor de no comentar nada con su abuela.

Ana María entró a hablar con su abuelo, quién se veía muy cansado.

- Ay mija, pase y siéntese que yo le tengo que decir una cosa.

- Bueno nono, pero antes, ¿como te sientes?

- Mal hija, pero feliz con ustedes aquí.

- Mi tía Johana está en camino, nono.

- Me alegra. pero ahora si, le quería hablar de su futuro, sé que eso a usted le preocupa mucho y yo siento que ya me voy a ir así que quiero dejarle un consejo

-Ana lo interrumpió para decirle que iba a estar bien y que no declarara esas cosas, pero su abuelo prosiguió-

- Ana María, yo quiero que usted sea alguien en la vida y que sea una mujercita fuerte y emprendedora, pero lo que más quiero es que sea feliz. Yo desperdicié muchos años de mi vida en un trabajo que no me apasionaba en lo más mínimo y hasta hace poco, ya en mis últimos años empecé a vivir de lo que realmente me gusta, el arte. Anita, no dejé que esto le pase, dedíquese desde el principio a lo que realmente le gusta e intente vivir de ello. Por su abuela y su mamá no se preocupe porque yo les dejé unos ahorritos. Escoja algo que le guste y esfuércese por cumplir sus metas , encuentrele un sentido a su vida y siga siendo esa niña feliz que siempre ha sido.

Ana, con lagrimas en los ojos, abrazó a su abuelo y le agradeció. Luego llegó su tía con toda su familia y compartieron un rato con él.

...


Un sentido a mi vida.Where stories live. Discover now