— ¡Vamos, noona! No puedes seguir escondiéndote de por vida, yah. — Jungkook animó agitando los hombros de la mayor. Ella negó con la cabeza tantas veces que inclusive mareó al castaño. — Ahí está.
— ¡Jungkook, suelta mis hombros! — Gritó, llamando la atención de todos hasta de él. Sus mejillas se colocaron rojas a tal punto de parecerse un tomate, se dio la media vuelta ocultando el rostro entre sus manos.
¡Y cómo no! Yoongi no era famoso por declararse, más bien todas las chicas se iban detrás de él como los insectos a una luz. Eunji creía que sería el próximo insecto, pero todo salió al revés y en vez de lamentarse por no ser correspondida, tenía que responderle a su amor platónico. No lo podía creer, sentía felicidad pero al mismo tiempo tenía miedo de decepcionar al único chico en todos estos años que le ha encantado.
Observó desde la lejanía a Hoseok, él se encontraba sentado con un semblante de tristeza y Eunji optó por acompañarlo. Nunca lo había visto tan deprimido, ni siquiera le ha mirado solo pero esta vez parecía ser diferente. La castaña se sentó en el césped y tiró su cabeza al regazo del pelinegro, él la aceptó con una ligera sonrisa que repentinamente desapareció.
— Hobi, ¿pasa algo? — Observó cómo su cabellera se tornaba más bonita al chocar contra los rayos del sol, se veía bastante guapo. Aún nadie entendía cómo no encontraba novia.
— Sólo pienso.
— ¿Me dejas pensar contigo? — Él asintió sin decir nada, ambos se quedaron en la misma posición observando fijamente el cielo. — Huí de Yoongi, tengo miedo. Demasiado, diría yo.
— ¿Miedo? ¿De Yoongi? — Preguntó torciendo los labios. — No es el tipo de chico que describen las chicas de otros grados. No es alguien frío, ni tampoco despreocupado...
— No, de Yoongi no. — Negó con rapidez, estaba malentendiendo las cosas y eso no le agradaba. — Tengo miedo de no ser lo suficientemente buena para alguien tan hermoso, su sonrisa... Sé que la haz visto, sé que pocos de sus amigos son capaces de darse cuenta el ángel que está dentro de su interior, de lo precioso que se ve cuando habla sobre un tema que le interesa; especialmente música. O cuando todos cierran la boca al ser Yoongi quien habla dando su opinión.
>> Él es perfecto en todos los sentidos, cuando camina y su mirada se posa en todos con indiferencia dando a entender que es "frío e insípido" pero no es así. Íntimamente debe ser el hombre con quién compartas miradas cargadas de amor y ternura, el que te diga un par de versos con esa voz ronca y te deposite un beso en la sien. Él, Jung Hoseok, es alguien que merece al mundo entero.
— Te merece a ti, entonces... — Susurró recuperando la sonrisa, nadie había hablado de esa manera sobre su amigo. Eunbi era la indicada en toda la extensión de la palabra y Hoseok lo sabía, como mejor amigo de Yoongi la aprobaba al cien por ciento. — Míralo, ahí está caminando preguntándose mentalmente si es un fracaso, porque por lo visto ni siquiera le respondiste el mensaje.
— ¡Hobi-ah! — Exclamó desesperada.
— Inténtalo, Byun Eunji. — El pelinegro bajó la mirada notando cómo las mejillas de la chica estaban más rojas que un semáforo en alto. Después de todo, su característica sonrisa volvió a aparecer. — Ah, las parejas felices... Ve y házlo, luego llorarás por el "y si hubiera". Te lo aseguro, me pasó.
Eunji asintió, asustada.
Yoongi pasó de nuevo por la misma zona, la chica respiró profundamente y aún con las manos temblando, la respiración agitada y su rostro rojizo. Se armó de valor para acercarse al teñido, el chico la miró indiferente; aunque por dentro estaba muriéndose de nervios también.
— Yoongi... — balbuceó su nombre temblando.
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