STT | ❝Venimos a romper el silencio porque cada promesa rota es un llanto desesperado para la guerra❞
Odín había pensado que ocultando los secretos del pasado, de su historia real, de su primogénita y las terribles cosas que habían hecho, limpiaría...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
CAPÍTULO V.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
❛❛Puedes ser el rey, pero observa como la reina conquista❞
Némesis estaba de pie frente al trono, suspiró bajando la mirada a la armadura negra y dorada que esperaba usarla dentro de un milenio a más tardar, jugó con sus manos sintiendo el peso de la corona negra que descansaba sobre su cabeza. Alzó la vista y con porte seguro subió las escaleras, giró acomodando su capa negra para sentarse finalmente en el Hliðskjálf*. Empuñó el cetro y con una sonrisa disfrutó estar ahí.
El trono le permitía ver sobre los nueve mundos así que no dudó en fijar su vista en el Helheim. Lo primero que vio fue a Garm, el terrible perro que custodiaba la entrada, luego fue más allá donde las historias cobraron vida. Hel era el mundo donde terminaban los que habían muerto por enfermedad o vejez, pero también existía las áreas especiales donde llegaban los criminales. Pudo ver el Náströnd, también conocido como la Playa de los Cadáveres y se sintió horrible al ver el lugar donde Odín exilió a su propia hija, sintió verdadero asco observar el lugar donde vivía Nídhöggr —un dragón— absorbiendo los fluidos de los cuerpos de los condenados.
El Náströnd albergaba una cueva con serpientes y ríos de veneno fríos como el hielo. Desde aquí, el manantial Hvergelmir arrastraba a los muertos hasta Niflheim, donde el dragón Nídhöggr roía continuamente las raíces del gran árbol de los mundos, Yggdrasil. El dragón supuestamente interrumpía entonces su tarea para masticar los cuerpos de los infortunados e impuros difuntos.
El sol nunca llegaba a ninguna parte del planeta, era oscuro, frío y lúgubre. Retrocedió para saber como cruzar el puente, vio el río congelado Gjoll donde corría puñales y el puente de cristal que era la única entrada y salida del Helheim. Sobre este se encontraba la doncella Modgud, quién era la guardiana, según lo relatado en los libros la única forma de pasar era con un pago de sangre.
Némesis con el ceño fruncido y concentrada en las atrocidades que veía, suspiró adentrándose más a Hel. Sobre una de las rocas se alzaba un gran castillo, tenía partes destruidas y en una de las paredes caídas se encontraba Hraesvelg, un gigante devorador de cadáveres, el cual estaba durmiendo con la mitad de un cuerpo en su mano. Si la vista era desagradable se imaginaba el olor a muerte que habitaba en el lugar.
