Recuerdos

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Hay momentos en la vida en que debemos tomar decisiones que podrían transformar todo lo que conocemos, y para MyungSoo, el estudiar en Japón fue ese momento.

Recordaba pocas veces haber sentido aquel sentimiento, aquel momento indescriptible que todos conocían como tener el corazón roto, pero pocos eran los que verdaderamente conocían el verdadero dolor que guardaban aquellas simples palabras. Todo el mundo parecía haberse detenido en ese instante, y su vista guardó cada eterno segundo que duró ese beso.

¿Por qué todo dolía tanto?

La respuesta simple era la ilusión que a pesar de todo siempre había mantenido, aquella simple y sencilla fantasía de que en algún momento sus sentimientos pudieran ser correspondidos, algo que en realidad, sabía nunca ocurriría. 

Ese beso tan corto y simple, fue el detonante de aquel duro golpe de realidad que le recordó que aquel compromiso se volvería algo real, porque nadie lo detendría y por ello, él solo seguiría viviendo anhelando algo que jamás podría tener. 

Su mundo no se detuvo después de aquel día, sin embargo, el sentirse atrapado en un ciclo sin fin parecía ser todo lo que podría tener, todo lo que podría alcanzar ¿era eso sano? Por más que deseara engañarse a sí mismo, la respuesta era clara. 

¿Qué tanto debe doler un corazón para que nos obligue a huir de todo?

Fue su último pensamiento, antes de tomar aquella decisión que a pesar de la oposición de todos, terminó por volverse en una realidad, la misma que nadie logró detener.










Lo desconocido daba miedo, el estar solo le causaba terror, y sin embargo, ya era tarde para arrepentirse de su decisión. 

Los estudios absorbieron su vida, y los mensajes con su familia y amigos fueron volviéndose escasos, como un horrible escudo que fue consciente dañaría todo, pero que inevitablemente levantó sin siquiera notarlo. 

La vida seguía su propio rumbo, sin detenerse ni un solo segundo. Las personas iban y venían, hasta que finalmente de entre todos aquellos, alguien se quedó. 

SungJong fue alguien que llegó a su vida de la manera más normal posible, por una simple plática que se convirtió en la primera de muchas. ¿Qué era aquello que lo volvió tan especial para él? Sus ideologías, tan fuertes y claras que nunca mostró miedo de expresarlas, volviéndose aquello en la confianza que necesitó para hablar por primera vez de sus sentimientos por su mejor amigo, algo que había acallado para sí mismo por muchos años.

Fue el sacar esas palabras que siempre guardó con candado dentro de su corazón lo que logró que finalmente un poco del peso de sus hombros se desvaneciera, y con ello el consejo que siempre conoció pero no quiso admitir como correcto hasta que alguien más se lo dijo: seguir adelante y buscar un nuevo camino, sería lo único que podría curar su corazón. 




Jamás buscó el hallar a alguien que pudiera ocupar el vacío dentro de él, no pensó en que aquello pudiera ocurrir, sin embargo pasó, con alguien en quién no creyó pudiera fijarse jamás. 

— Eres el único que puede ayudarme. Me dijeron que viniera contigo, por favor, te pagaré.

— No me interesa el dinero...

— Entonces te compraré lo que quieras.

— No tengo tiempo. 

— ¿El fin de semana?

— Howon...aunque me sigas insistiendo, no, ni éste, ni el siguiente, ni nunca te voy a ayudar. 

Aquel "nunca" fue algo que tuvo que guardarse rencorosamente, pues tras tres meses de insistencia, se vio obligado a ayudarle por la intervención de un profesor. 

Un año de diferencia era el que llevaban en sus estudios, carreras diferentes y solo una asignatura en común, siendo aquella la única materia en la que parecía que Howon no lograba avanzar. 

Semanas de estudio continúo, el verse todos los días después de las clases y el pasar tantas horas juntos ¿había cambiado su percepción de él? No, definitivamente lo seguía viendo como alguien molesto con un ego demasiado grande, sin embargo, a pesar de todo ello y que pensó haber visto todo de él, Lee logró sorprenderlo un día después de las tutorias. 

— Myung, ¿te gustaría salir conmigo?  

— Bueno, creo que estaría bien.  

— Pensé que sería más difícil, supongo que tanto tiempo juntos hizo que finalmente cayeras por mi. Seré un buen novio para ti.

Aunque MyungSoo ladeó  la cabeza completamente confundido y aturdido por las palabras de su acompañante, lo que terminó por aclararle que sus palabras no eran una broma fue aquel ligero roce de labios que le fue robado antes de quedarse solo, con su mirada siguiendo a la figura que se alejaba de él.

A pesar de la burla de SungJong por aquel malentendido del significado tan diferente que "salir juntos" tenía para cada persona, el explicar todo le fue prohibido, porque a palabras de su amigo, había sido el "destino" que le daba una oportunidad de iniciar algo nuevo. Algo que debía admitir, al principio no se arrepintió de haberlo intentado. 




Detrás de aquel ego y seguridad algo molestas, Howon había resultado ser alguien que podía llegar a ser demasiado dulce cuando se lo proponía, capaz de hacerlo reír incluso en los días en que el estrés intentaba acabar con él, una compañía que le dio variedad a su vida, haciéndolo sentir especial con palabras que aunque le apenaban, le brindaban fuerza.

¿Había sido su culpa que todo acabara?

MyungSoo se lo preguntó por mucho tiempo después. Recordaba los primeros meses cuando con abrazos y besos simples el tiempo juntos pasaba con velocidad, haciendo de aquello algo especial por ser el primero; su primer beso, su primer pareja, pero a pesar de ello y el cariño que le tomó, jamás logró entregarse por completo, ni en cuerpo ni alma, porque su corazón seguía dirigiéndose lejos, a alguien que a pesar de la distancia, a cada oportunidad le recordaba cuanto lo extrañaba. 

Fue aquel limitante el que provocó las primeras peleas, el que siempre le pusiera un alto cuando intentaba llegar más allá de los besos, y fue eso mismo lo que terminó con todo. 




El recuerdo agrio de aquella noche se albergaba de nuevo en sus labios con tan solo recordar. Su discusión porque no había aceptado acompañarlo a una fiesta, el haberse esforzado por terminar con todos sus pendientes para alcanzarlo, el haber preguntado por él y finalmente, haberlo encontrado en la cama con una chica, porque ella le había dado fácilmente lo que él jamás le dio. 

Su sorpresa al verlo, sus intentos de explicarle y pedir perdón, y después el dolor en el rostro de su ex novio por la patada que le dio en la entrepierna, siendo aquello su último recuerdo de él porque después de aquella noche, a pesar de todos los intentos de Howon por verlo o hablar,  logró huir de aquel encuentro por el resto de sus estudios.

¿Por qué el enojo del final había cambiado a dolor?

Howon había sido el primero al que intentó dejar entrar a su corazón, había sido la oportunidad que tanto había anhelado para iniciar algo nuevo, pero había fallado. Fue esa traición la que le hizo sentir que no era alguien que pudiera ser elegido para amar.

Quizás, el amor simplemente no estaba en su destino. 

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