20. Descubrimiento.

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Capítulo 20.

No se me ocurría una razón por la que me intrigaba tanto la historia de Cindy Fields. Es decir, algunas personas investigan sobre algo que les gusta o atrae, pero a mí se me hacía diferente.
Tal vez ella era diferente a mi y quería saber que era lo que ocurrió con una persona que tenía dicha actitud o simplemente estaba tan aburrida en mi vida que quise entrometerme en otras.

De no haberme mudado con Ellen, no habría conocido su historia y mucho menos a las personas que están frecuentemente a mi lado.
Ellen me tenía preocupada, pero hoy por la noche llegaré a su departamento. No quiero volver a salir por varios días, no es que tenga miedo pero ahora sé lo que soy o técnicamente lo que me hicieron y no quiero formar problemas a otras personas desconocidas.

Supuestamente soy un maldito milagro de unos calentones que quisieron tener sexo a escondidas y no salió muy bien. Realmente odio a mis verdaderos padres por darme una vida más loca de lo normal. Demasiado era tratar de ayudar a Ellen con los gastos porque no llegaba a pagarme la escuela, aun que ahora si, pero tenía la vida de una huérfana con suerte.
No muchos tienen a alguien para que lo ayuden con los estudios.

Eso era lo que tendría que importarles a la sociedad pero jamás ocurría.

—Ya estamos llegando Sky.— me interrumpió Jean mientras estacionaba la camioneta enfrente del hospital.

—Deberías ir a ver si hay una recepcionista y entretenerla mientras yo me doy paso para ver su computadora.—

—No quiero ser la distracción.—

—Ya fuiste de informante y eso es suficiente pero debes ayudar en esto. Llámame para saber si ya no estás con ella.—
Quise salir de la camioneta pero tomó mi brazo.

—Mimi trabaja aquí, puedo preguntarle donde esta mi archivo para buscar algo y también recojo el de Cindy.—

—¿Y qué haré yo aquí?— pregunté molesta.

—¿Acompañarme?— sonrió divertido y entrecerré los ojos.

—Si, claro.— salí del auto antes de que me contestara y caminé al hospital.

—¿Qué haremos?— susurró en cuanto entramos.

—Sígueme la corriente.— tomé su mano y entrelacé nuestros dedos. Me observó sorprendido pero sólo era para actuar y espero que no se le ocurran ideas falsas.

Había una señora en la recepción con anteojos y una computadora enfrente. Espero tener un trabajo normal luego de esto, no quiero seguir mantenida por Ellen hasta que me muera.
Esperen, soy un supuesto vampiro, por lo tanto ellos son inmortales.

—¿Qué necesitan jóvenes?— interrumpió mis pensamientos la pesada voz de la señora.

—Buenos días señora...— me fije su nombre en el cartelito. —...Dennis. ¿Usted de casualidad, sabe dónde se encuentra el doctor Warren? Porque él monitorea mi enfermedad y mi novio quería acompañarme en esta sesión.—

—¿Doctor Warren? ¿El cardiólogo?— me miró sobre sus gafas y no podía creer que había acertado con el nombre.

—Si, es que, usted no sabe pero... pronto yo no estaré aquí y mi novio no puede...— corté mi voz para que pensara en que decía la maldita verdad.

—Es muy doloroso.— habló por primera vez Jean a mi lado y yo cubrí mi rostro con la otra mano. Quería reírme por la expresión de la señora.

—¡Ay no diga eso! Ya traeré al doctor.— salió de su puesto y quería caminar hacia un pasillo pero la interrumpí.

—¿Sabe dónde esta el baño?— sorbí mi nariz y no la miré.

Híbrida.Where stories live. Discover now