14. Heridas.

6.6K 470 1.2K
                                    

Es increíble cómo tus sentimientos son totalmente diferentes con una persona. Cómo tu mundo cambia drásticamente a su alrededor y sientes todo totalmente distinto; tu respiración se agita y tu corazón late desenfrenadamente, todo tu cuerpo cosquillea y tus manos sudan, la garganta se te reseca y la lengua se te traba, tú y todos tus sentimientos están totalmente expuestos; eres un libro abierto que cualquiera podría leer fácilmente, expuesto ante todo y todos, mostrando tu verdadera forma de ser.

Así se sentía Harry con Louis durmiendo plácidamente en su pecho. Era extraño sentir todo aquello; pues, al mismo tiempo que se sentía tan vulnerable, se sentía invencible. Sentía una alegría inmensa recorrer todo su cuerpo y alma, una satisfacción y tranquilidad enorme llenarlo por dentro. Se sentía más vivo que nunca.

Jamás le había gustado dormir con nadie, y cuando dice jamás es jamás, incluso cuando era pequeño; siempre se sentía sofocado e incómodo y deseaba echar a las personas a un lado y no podía dormir bien. Pero esta vez era diferente; no se sentía para nada incómodo y mucho menos quería alejar a Louis, todo lo contrario; quería pegarlo más a él y no dejar que se apartará nunca.

Apagó la televisión y puso el control a un lado de la cama. Miró a Louis, quién tenía su cabeza sobre su pecho y hombro y sonrió para sí mismo. Era tan dulce; con sus largas pestañas sobre sus pómulos, sus mejillas sonrojadas, sus pequeños labios entreabiertos de un tono rosa y su cabello totalmente desordenado que caía sobre su cara. Era la cosa más dulce, hermosa y tierna que Harry había visto jamás. Y aunque no quisiera admitirlo, se sentía mal al pensar que probablemente así se vería Louis después de tener sexo.

Suspiró. Con su mano libre, con sumo cuidado de no despertar a Louis, aparto un mechón de cabello de su cara. Sin detenerse ahí, paso su mano repetidamente sobre su cabello, acariciándolo con sus dedos, sintiendo la suavidad e inhalando el aroma que de él se desprendía. Sonreía como un idiota al repetir sucesivamente aquel proceso, incluso llegó a soltar varias risitas.

Se sentía totalmente fascinado. Era como si estuviese observado una obra de arte; una que lo hacía sentir extremadamente feliz.

Con su dedo índice, trazo una línea imaginaria en el rostro de Louis, que iba de su frente a la punta de su nariz, después pasaba al pómulo y de ahí bajaba a la mandíbula. Cuando llego a ese punto se detuvo. Su mente se había nublado totalmente y no podía apartar la vista de los labios rosados que tenía frente suyo. Con total lentitud, movió su dedo hasta esa zona.

Juro que nunca había tenido una sonrisa tan grande en toda su vida. ¡Estaba tocando los labios de Louis! Nunca se imaginó que tal acto conllevará consigo tantos sentimientos. Harry se sentía en el cielo.

Paso repetidamente su dedo sobre los labios de Louis, sin saber que a este le causaría cosquillas dicho acto, haciendo que su sueño fuera disminuyendo.

Harry captó que Louis empezaba a fruncir el ceño y dejó de hacer aquello que tanto lo había fascinado. En un segundo, Louis ya tenía sus ojos abiertos, mirando fijamente a Harry, quien lo único que hizo fue sonreír aún más, al ver como Louis lucía recién levantado.

—Hola. — dijo Harry.

Louis lo miro dudoso. —Hola. — respondió. Harry se sintió morir en ese mismo instante. La voz de Louis al despertar era tan... Ni siquiera tenía palabras para describirlo.

—¿Qué? — preguntó Louis, al darse cuenta que Harry no dejaba de mirarlo.

Harry simplemente negó. —Te dormiste.

En ese momento Louis pareció darse cuenta de las condiciones en las que se encontraba, así que rápidamente se separó de Harry y se sentó en la cama.

18 |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now