Capítulo 10

15.4K 917 43
                                    

Me despierta una picazón en la nariz.

Abro los ojos y distingo mi propio cabello picándome la nariz. Miro hacia mi vientre y veo la mano de Asaiah ahí. Volteo para mirarlo a la cara y me quedo un poco mirándolo.

Para mí es tan perfecto verlo así. Sus ojos cerrados y durmiendo tan relajado, como si todo lo que pasa no existiera.

Me levanto con cuidado de no despertarlo y me quedo mirando su cuerpo desnudo a penas cubierto por mis sabanas.

Entro rápidamente al baño a arreglar mi cabello un poco. Salgo de nuevo y busco por el piso mi ropa interior y mi pijama para vestirme.

Salgo del cuarto con cuidado y bajo las escaleras para ir a la cocina y veo a mi mamá moviéndose por todos lados. Está cocinando algo.

-Buenos días. –La saludo.

-Hola cariño. –Me dice sin mirar lo que está haciendo. -¿Cómo dormiste?

-Bien, ¿por qué? –Aunque no puede verme alzo una ceja.

-Oí ruidos en tu cuarto anoche.

Oh, mierda. Abro mucho los ojos y siento un calor interior creciendo desde mi estómago y que a su paso por mi cuerpo me enrojece cada centímetro. Tengo que encontrar una excusa buena y rápido.

-Tuve unas pesadillas, mamá. No es para tanto. –Digo con toda la naturalidad que puedo encontrar.

-¿Segura?

-Sí. ¿Qué cocinas? –Pregunto para cambiar de tema.

-Pavo.

-¿Pavo?

-Sí, mi jefe va a venir a cenar con unos directivos.

-Oh. ¿Es necesario que este yo aquí?

-Creo que no te gustaría.

-Para nada.

-Si quieres puedes ir con Clarisa a algún lado.

-Si necesitas puedo quedarme a ayudarte.

-Son platicas de negocios, hija. No entenderías nada y estarías demasiado aburrida. Además Jocelyn también vendrá, así que no seré la única mujer.

-Está bien. Pero, ¿no crees que se preguntarán por tu hija?

-No creo, además es más fácil hablar de temas de negocios cuando están las personas que saben de lo que hablan.

-En cualquier momento me sentiría ofendida pero ahora creo que tienes razón. ¿A qué hora llegan?

-En media hora.

-¿Qué? –Casi grité. -¿Qué hora es?

-Son las tres.

-¡Que! –Nunca en la vida había dormido tanto. – ¿Por qué no me despertaste?

-Me desperté temprano y comencé a cocinar. Para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde y había olvidado hacerlo.

-Oh. –Pensándolo bien, tuve suerte. –Bueno, entonces subiré a tomar una ducha y saldré.

-¿Te verás a Clari?

-No. Con alguien más.

-¿Él? –Sabía perfectamente de a quien se refería.

-Sí, tenemos muchas cosas de qué hablar. –No pude evitar sonreír.

-Muy bien, hija.

Subí corriendo las escaleras y entré como un rayo a mi cuarto.

Demonio (secuela de Bestia)Where stories live. Discover now