Me despierta una picazón en la nariz.
Abro los ojos y distingo mi propio cabello picándome la nariz. Miro hacia mi vientre y veo la mano de Asaiah ahí. Volteo para mirarlo a la cara y me quedo un poco mirándolo.
Para mí es tan perfecto verlo así. Sus ojos cerrados y durmiendo tan relajado, como si todo lo que pasa no existiera.
Me levanto con cuidado de no despertarlo y me quedo mirando su cuerpo desnudo a penas cubierto por mis sabanas.
Entro rápidamente al baño a arreglar mi cabello un poco. Salgo de nuevo y busco por el piso mi ropa interior y mi pijama para vestirme.
Salgo del cuarto con cuidado y bajo las escaleras para ir a la cocina y veo a mi mamá moviéndose por todos lados. Está cocinando algo.
-Buenos días. –La saludo.
-Hola cariño. –Me dice sin mirar lo que está haciendo. -¿Cómo dormiste?
-Bien, ¿por qué? –Aunque no puede verme alzo una ceja.
-Oí ruidos en tu cuarto anoche.
Oh, mierda. Abro mucho los ojos y siento un calor interior creciendo desde mi estómago y que a su paso por mi cuerpo me enrojece cada centímetro. Tengo que encontrar una excusa buena y rápido.
-Tuve unas pesadillas, mamá. No es para tanto. –Digo con toda la naturalidad que puedo encontrar.
-¿Segura?
-Sí. ¿Qué cocinas? –Pregunto para cambiar de tema.
-Pavo.
-¿Pavo?
-Sí, mi jefe va a venir a cenar con unos directivos.
-Oh. ¿Es necesario que este yo aquí?
-Creo que no te gustaría.
-Para nada.
-Si quieres puedes ir con Clarisa a algún lado.
-Si necesitas puedo quedarme a ayudarte.
-Son platicas de negocios, hija. No entenderías nada y estarías demasiado aburrida. Además Jocelyn también vendrá, así que no seré la única mujer.
-Está bien. Pero, ¿no crees que se preguntarán por tu hija?
-No creo, además es más fácil hablar de temas de negocios cuando están las personas que saben de lo que hablan.
-En cualquier momento me sentiría ofendida pero ahora creo que tienes razón. ¿A qué hora llegan?
-En media hora.
-¿Qué? –Casi grité. -¿Qué hora es?
-Son las tres.
-¡Que! –Nunca en la vida había dormido tanto. – ¿Por qué no me despertaste?
-Me desperté temprano y comencé a cocinar. Para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde y había olvidado hacerlo.
-Oh. –Pensándolo bien, tuve suerte. –Bueno, entonces subiré a tomar una ducha y saldré.
-¿Te verás a Clari?
-No. Con alguien más.
-¿Él? –Sabía perfectamente de a quien se refería.
-Sí, tenemos muchas cosas de qué hablar. –No pude evitar sonreír.
-Muy bien, hija.
Subí corriendo las escaleras y entré como un rayo a mi cuarto.
YOU ARE READING
Demonio (secuela de Bestia)
Teen FictionDespués de todo, Christina trata de seguir adelante. Aunque para ella sea imposible olvidar lo que pasó antes, imposible de olvidar a quien conoció y de quien se enamoró profundamente. Olvidar el dolor causado por una sorpresa que no se esperaba. P...