Punto de vista: Lincoln
Ayer fue un gran día, ya que pude lograr lo que quería, hacer feliz a mi princesa es lo mejor.
Ahora, me encontraba durmiendo en mi habitación justo al lado de ella, además, de que encima de nosotros, estaba el pequeño Silver.
—¿Estas despierto? —Preguntó Lynn, girandose hacia a mi y mirando a los ojos—. Gracias por todo Lincoln.
—De nada, para eso estoy aquí —Respondí manteniendo mi mirada en sus ojos—. Sabes, eres la mejor, siento como si siempre hubiera querido esto.
Si, eso sentía, siempre que la miraba cuando éramos niños, sentía punzadas en mi corazón, siempre sentía una pequeña sensación que hacía mirarla todo el tiempo, pero ahora mismo, todavía siento lo mismo.
—¿Qué hora creen que es? —Preguntó una alegre niña—. ¡Es hora de desayunar!
Rayos. Yo quería seguir acostado!!
—Tienes razón, hay que tener un día productivo Lincoln, vamos levántate —Alegó una ya levantada Lynn—. Tenemos que ir a hacer ejercicio, después de ir a comer claro.
Cierto, desde hacer 4 años que empecé a entrenar mi cuerpo junto con Lynn, ese día fue estupendo, ya que pude acercarme aún más a ella, pero ahora mismo, ya es un hábito esta escena.
========== 4 Años Atrás ===========
—¡Lincoln! —Gritó Lynn a su hermano menor—. ¡Es hora de levantarse! ¡Ya son las 12!
El albino apenas abrió los ojos, sintió unas ganas tremendas de seguir durmiendo.
—Ñe, despierta a tu pelota —Balbuceó el hermano—. Quiero dormir más.
—¡Me prometiste que harías ejercicio conmigo hoy!
Casi lo olvido...
—Aa~~h, esta bien, solo déjame vestirme.
—Esta bien, te espero abajo.
Por fin se fue, ahora necesito terminar con mi plan.
Pero que flojera levantarme... pero no se puede evitar, necesito hacer esto... después de todo, no quiero volver a pasar por una escena donde tenga que pelear con alguien...
Me levante después de tomar un gran respiro. Me vestí con un buso completo de color naranjo y unas franjas negras a los lados.
Además, me lave los dientes y baje de inmediato, encontrando a Lynn con su short y polera blanca, y ahí comimos y al rato salimos.
-Afuera-
Cuando salimos comenzamos con un calentamiento sencillo, trotando por la manzana unos 15 minutos.
—Y, dime ¿Por qué de la nada quieres hacer ejercicio? —Preguntó una agitada Lynn—. No es muy común que quieras hacer estas cosas de la nada.
—Bueno, es un poco vergonzoso pero si quieres saber te lo diré —Respondí mirando hacia otro lado—.
—Claro, dímelo.
Y sin saberlo, mi cara comenzó a sonrojarse.
—Bueno.. desde que comenzamos nuestra relación, he estado sintiendo que, por alguna razón siempre terminamos en problemas —Respondí manteniendo una sonrisa—. Así que, mientras pensaba en mi cama, sentí la necesidad de prepararme, siendo una prioridad para mí, y ahora mismo siento que debería seguir haciendo esto, no por un deseo egoísta, algo me dice que lo haga por nosotros.. y bueno, no quiero decepcionarme a mi tampoco, tu sabes, lo típico.
