T R E S

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Aquella mañana, Tae sentía que su corazón se detendría en cualquier momento, pues había corrido como nunca

En esa mañana su despertador no sonó haciendo que se levantara una hora después de lo habitual, tiempo que se tomaba para ducharse, vestirse, peinarse y desayunar tranquilamente, pero aquello no pudo ser cumplido debido a las fallas de su aparato, haciendo que simplemente se cambiara de pantalón y tomara su mochila para después marcharse. Tae se sentía afortunado ya que él acostumbraba a dormir con camisas casuales, lo que no le hizo avergonzarse por su vestimenta de ese día. 

Vio el autobús a media cuadra de su posición, por lo que verlo arrancar frente a sus ojos cuando finalmente lo iba a alcanzar lo hizo gritar para que el chófer se detuviera, pero este arrancó sin abrirle sus puertas. Había intentado correr más fuerte, pero ¡rayos! sentía que iba a morir por no haber comido y hacer ejercicio tan temprano. Fue lo más doloroso pudo ver esa mañana, iba a llegar tarde a su primer examen del semestre. Suspiró pesadamente y miró sus zapatos, notando que una de sus medias era un tono más oscura que la otra, rechinó ante lo estúpido que se sentía por llevar calcetas cambiadas, seguramente Park Jimin lo iba a molestar por eso. 

-¿Te llevo? - una voz un poco suave y conocida lo hizo pegar un brinco, pues alguien le había hablado en la calle, los ojos del castaño buscaron a todos lados y se llenó de una gran sorpresa al ver ese brillante deportivo rojo. ¡Era el sueño de cualquier universitario!

-¿A mi? -su voz estaba muy agitada debido al maravilloso esfuerzo físico que desarrolló en vano hace unos momentos.

-Eres el único al que se le pasó el autobús y lleva corriendo cinco cuadras ¿No es así? -Tae asintió un poco avergonzado y con el ceño fruncido

-S-sí

-Entonces sube antes que ocasionemos un gran tráfico. - El menor no lo pensó dos veces, era perder su examen o sentarse alado de ese guapo hombre en su brillante auto deportivo... aunque pensándolo bien, estaba más ganando que perdiendo.

Tae se sentó y cerró un poco fuerte la puerta haciendo que el azabache posara sus furiosos ojos sobre el menor, haciendo que este soltara una sonrisa nerviosa y se disculpara. El silencio era un poco incómodo, ya que Tae sentía que su corazón se escuchaba en el interior del coche, pero no sabía si eso se debía al mini maratón o al suave perfume del chico que le llevaba moviendo el piso desde la primera vez que lo vio.

-¿Cómo sabes que llevo corriendo cinco cuadras? -preguntó cuando se estacionaron en un semáforo. La suave sonrisa en forma de corazón del azabache se presentó ante los ojos del castaño, haciendo que este desviara la mirada

-En realidad, vivo a unas cuadras de aquí desde hace un par de años.

-¿Q-qué? -los ojos del castaño se abrieron en sorpresa - llevo casi toda mi vida viviendo en el mismo lugar y nunca te había visto antes.

-Eso debe ser porque casi no paso en casa, suelo pasar fuera de ahí.

-¿Tus padres no se preocupan?

-¿Mis padres? digamos que me independicé cuando tenía apenas dieciséis años, no creo que les moleste saber que su único hijo  no pasa en casa.

-Vaya, el único hijo... Debe ser hermoso serlo ¡Yo tengo que soportar todo el tiempo a mi hermano mayor! Creo que si simplemente desapareciera por un día yo sería muy feliz. -es obvio que sólo lo decía en son de broma, Tae amaba a su hermano.

-No sabes lo que estas diciendo. -Los ojos de Hoseok se tornaron un poco oscuros, haciendo que el ambiente volviera a ser frío, al parecer no lo había agradado el comentario que el menor había mencionado. Tae había decidido no volver a hablar en ese momento. Cuando llegaron a la institución, Hoseok fue al estacionamiento y parqueó correctamente el auto. El menor rápidamente hizo una reverencia y agradeció por el viaje.

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⏰ Last updated: Aug 12, 2019 ⏰

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SÓLO MAYORES -HOPEV🐝Where stories live. Discover now