Capítulo Trece.

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Maratón 2/3

''¡Valentina son las cuatro, parate!''.

Me tapé por el griterío de mi mamá y ella fue al mueble donde yo estaba tirada.

''Déjame quieta, tengo sueño y no me digas Valentina''.

''Coño, te tienes que ir a acomodar, ¿Tú no querías ir a Venezuela, pues?'' - me quite la sabana mostrando que ya estaba vestida y ella rió - ''Que eficiente. Bueno, voy a gritarle a tu papá, tú ve a ver si Noah ya está listo''.

Me levanté a regañadientes y entré al cuarto.

''Mira Noah, párate. Si yo no puedo dormir vestida nadie lo hará''.

Lo empecé a mover por el hombro.

''Largo, déjame dormir''.

Me agarró la mano para que dejará de ladillar y me quejé.

''Yo también tengo sueño, pero mi mamá anda de loca'' - giré los ojos - ''Anda para la sala al menos para que te vea y confirmé que estamos listos''.

El modo zombie quedaba estúpido al frente de mi papá, Noah y yo.

Mi mamá en cambio andaba super enérgica.

Llegamos al aeropuerto y por suerte fuimos en el avión de papi.

Todo esto para encontrarnos en Venezuela con lo otros dos grupos.

''Bendición, los quiero mucho. Me avisan cuando hagamos la escala''.

Mi papá que también se estaba acomodando para dormir negó.

''No vamos a hacer escalas, vas a disfrutar de nueve horas en el cielo''.

Busque la mirada de Noah o la de mi mamá, pero estaban dormidos.

''Será''.

Me encogí de hombros y me acosté en un mueble junto a Noah.

°°°

''Me siento como cuando uno se bajaba del ferry y te pegaba todo el olor del agua en Margarita, era al cosa más familiar que conocía''.

Mi mamá habló y asentí.

Me sentía en casa.

Para explicar más o menos como estaba Venezuela ahorita, hubo un cambio de presiente. Lorenzo Mendoza finalmente tomo el cargo y todo estaba en un gran proceso para cambiar, iba a ser lento y difícil, pero todo era diferente ahora.

Casi dos años después yo podía ver el cambio, todo se veía, más alegre, más vivo.

Caracas podía volver a ser esa cuidad tan arrecha que algún día fue.

''Se que yo no vi a Venezuela en su gran momento, pero esto es hermoso''.

Sonreí en grande a las palabras de Noah y le agarré la mano.

''Lo se''.

Fuimos a la salida del aeropuerto a esperar que mi mamá y mi papá pidieran un taxi y un chamo se acercó.

''Eres tú, no puedo creer que estas aquí, en Venezuela''.

Yo miré al chamo y le abrí los brazos.

A Venezuelan In The Fame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora