Capítulo 2

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—¿Estás seguro de lo que estás haciendo?

—Claro, ¿Por que no debería de estarlo? ¿Acaso me estas menospreciando?

—No, solo es que es tu padre del que estas hablando, solo eso.

—Mira si quieres ayudarme hazlo y si no quieres no lo hagas y punto en vez de estar diciendo cosas inentendibles y sin sentido.

—No es tan difícil de entender Boruto, aunque contigo es la excepción.

"Estúpido Mitsuki." Pensaba Boruto mientras armaba su bolso de viaje. "Decir cosas tan... Tontas.. ¿Quien podría entenderlo?"

Había estado recordando aquel momento en el que pidió amablemente a su amigo que le ayude en su misión en el campamento y el otro salió con cosas raras.

—No sé porque me junto con él siquiera. —Murmuró terminando de poner lo último en el bolso y cerrando con un poco de dificultad el cierre.

"¿Será que él ya habrá preparado sus cosas?" Ese pensamiento invadió su mente. "Si no lo hizo -que seguramente estoy al 100% seguro de que no lo hizo- le puedo ofrecer mi ayuda..." Sus ojos se volvieron brillosos ante una ilusión que pasó por su mente. " Veré su ropa interior y podré tomar algo sin que se cuenta siquiera."

Un toqué se oyó en su puerta y dejando sus pensamientos de lado junto a lo que estaba haciendo fue directo a abrir la puerta.

—¿Si? —Preguntó viendo embobado a su padre que al parecer recién salía de bañarse ya que tenía una toalla envuelta a la cintura dejando a la vista su pecho y claro parte de sus piernas, mientras con otra se secaba el cabello.

Que cuerpo te cargas... Quiso decirle pero no creía apropiado. Por el momento.

—Vine a avisarte que... ¿Que son esas maletas? —Preguntó el rubio mayor entrando a la habitación. —¿A..acaso piensas irte? —Su rostro comenzaba a tornarse uno de angustia. —¿Ibas a escaparte? —Miró a su hijo esperando una explicación antes de que le de un paro cardíaco.

Boruto se quiso pegar un golpe en la frente y lo hizo pero mentalmente.

Claro que su padre iba a olvidarlo. Pero no sabía que llegaría a tal punto.
Comenzaba a pensar seriamente en llevarlo a un hospital a ver si no tenía algunas de esas enfermedades de ancianos que les hace olvidar las cosas.

Aunque por otro lado...

Tal vez le beneficie si su padre no quiere estar con él pues lo obliga y luego no recordará nada y asunto resuelto.

—¡Dímelo! —Exigió acercándose y sacudiéndolo por los hombros. —¡No te vayas! ¡Cocinare algo más que solo ramen si eso es lo que te molesta! —Lo abrazó y escondió su cabeza entre los cabellos del menor.

Boruto no tuvo de otra más que abrazarle ya que su padre ni siquiera le dejó explicarse que ya sacó sus propias conclusiones y se puso a llorar como Magdalena.

No le gustaba verlo llorar pero siempre hay una excepción a todo y esta es justificable.

Su rostro estaba casi pegado al pecho de su padre y podía sentir su aroma a rosas de la colonia que usaba. ¿Raro?
Su padre era clasificado como uno desde hace tiempo y que se sepa que usa ese tipo de fragancia no lo hace más ni menos raro.

Ahora bien. Volviendo al tema de que su rostro esta a la altura de los botoncitos rosas de su padre pues es mucha tentación para su poca fuerza de voluntad por lo cual.

—¡¿Que?! —Naruto se aleja sobresaltado y se cubre el pecho con sus brazos. —¿Que fue eso? —Pregunta con los ojos rojos por el llanto.

—No me voy. —Cambió de tema Boruto mientras relamia sus labios. —Nos vamos ¿No recuerdas?

Naruto lo miró con los ojos entrecerrados.

—Al viaje. —Rodó los ojos y ahí Naruto pareció recordar y de paso olvidar lo que recién había pasado.

—Ah. Si. Jejej —Rió y se rascó la nuca. —¿Y cuando era eso?

—Mañana. —Se cruzó de brazos. —¿En serio no recuerdas?

—¡¿Mañana?! —Naruto miró la hora en el despertador de Boruto y sus ojos se agrandaron al ver la hora. —¡Yo aún no he preparado nada! ¡¿Por que no me avisaste antes?

—Te lo dije hoy a la mañana.

—¡Pero debiste avisarme con una semana de anticipación al menos! —Naruto parecía querer arrancarse los cabellos.

—¿Cual es el problema? Antes o después igual ibas a terminar haciendo todo a último momento.

—¿No entiendes no? ¡Tengo que preparar mis maletas, llamar a mi trabajo, fijarme quien se va a quedar a cuidar la casa, ¿quien va a cuidar a Kurama?...! —Caminaba de un lado a otro por la habitación mientras iba marcando con sus dedos cuantas cosas debía de hacer.

—¡Oye espera! —Le detuvo. —¿Quien rayos es Kurama? —Preguntó frunciendo el ceño.

—Oye jovencito la boca. —Advirtió poniéndose en pose jarra y apuntándole con un dedo. —En cuanto a Kurama. —Sonrió. —¡Eso es lo que te venia a decir! ¡Hay un integrante nuevo en la familia!

Tomándole de la mano lo arrastró fuera de la habitación. Boruto ya estaba pensando hacer el berrinche de su vida si a su querido y adorado padre se le había ocurrido traer a un tipo a su casa.

No. Claro que no. Ni lo crea señor.

El único hombre, seme, macho, alfa, dominante en la casa era y sería él y nadie más.

Empuño sus manos cuando llegaron al living pero al ver a una pequeña bola de pelos color naranja sus facciones se relajaron y se permitió reír.

—¡¿No es lindo?! —Preguntó Naruto levantándolo del suelo y apachurrandolo contra su pecho.

Bien. Boruto si sentía un poquito de celos, pero lo iba a dejar pasar ya que hace unos minutos atrás el estuvo en casi el mismo lugar que esa bola de pelos llamada Kurama.

—Es lindo. —Claro que era lindo ver como esa cosa hermosa abrazaba a Kurama. —Pero... ¿Que vamos a hacer con él? —Decidió preguntar. —En el viaje no se pueden llevar mascotas.

Naruto hizo un puchero mirando al cachorro que cargaba entre sus brazos.

—No lo podemos dejar. —Miró a su hijo con una sonrisa traviesa. —¡Ya sé! ¡Lo llevaremos!

Esta vez Boruto si de dio una palmada en la frente. ¿Que parte de NO SE PUEDE no entendió su padre?

—Pero...

—Lo guardaré en un bolso y nadie lo verá. —Decía planeando lo que haría. —¿No es así Kurama? Tú quieres ir ¿no es cierto? —Hacia poquitos con los labios mientras le hablaba.

—¿Y si te descubren?

—No lo creo.

—¿Y si lo hacen?

—Ya va a ser muy tarde para que se haga algo... O eso espero. ¿No bebito lindo?

Tal vez Boruto si pueda aceptar en su totalidad a Kurama. Ahora que lo piensa hay gente que tiene a las mascotas más extrañas. Además hacia ver aún más tierno a su padre.

Y por otro lado... Sonrió. Entrenaría a la bola de pelos para que le ayude en la misión de alejar a todos los pervertidos que se quieran acercar a su padre.

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⏰ Última atualização: Sep 06, 2019 ⏰

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