busca con la mirada a cualquier conocido que puede haber en el departamento, sin éxito alguno.
entra de lleno en el comedor, donde hay más personas de las que se esperaba. personas besándose, una pareja hablando fuerte para poder escucharse, otra discutiendo...
¡eureka!
se tira buscando un espacio entre el poco que había en el sofá y se decide por tomar un líquido de dudosa procedencia que contiene un vaso color verde neón.
—agh, tú —dice con los ojos entrecerrados doyoung, a su lado. se despide con la mano, haciendo un gesto de incomodidad. yoonoh tuerce la cabeza.
no pasa mucho, quizás media hora, cuando doyoung vuelve. jaehyun ya había tomado lo suficiente como para estar dispuesto a hacer lo posible por sacarlo a bailar.
—¿bailamos, bebé?
—piérdete, enfermo.
yoonoh nota en los ojos del contrario que también está deseándolo. o quizá no, tan solo está borracho, pero es lo que menos le importa.
lo sabe, lo siente. lo palpa.
bailan, pegados, al compás de la música. el menor pasa el rato de su vida. el mayor solo se deja llevar debido al alcohol en sangre.
disfrutan del contacto del otro por esa noche.
jaehyun intenta memorizar cada rincón de la piel de doyoung, llevándose los labios a los suyos varias veces. intenta sin ganas luchar contra su tacto, pero lo disfruta. se convirtió en algo más que un flechazo. quiere tenerlo en la palma de su mano, morderlo, hacerle cuanto quiera.
doyoung, por su parte, no se niega ni una vez. está tan ebrio que no se molesta en gritarle enfermo otra vez. incluso, sonrió en su boca alguna que otra vez.
y durmieron plácidamente.
