9: No descansare, hasta matarlo

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Los siguientes días, tanto Demencia como Flug notaron que, al parecer, Black Hat tubo un repentino cambio en su humor. O algo así, lo que a ellos también los alivio mucho, volvía a ser el mismo. Pues ahora había algo con lo que tenia mucha determinación, a punto de cancelar todos sus demás planes.

— Flug, olvidate de lo de la fortaleza, cambie de opinión — le había dicho al científico, quien no se mostró muy convencido, ya que estuvo trabajando en eso por un mes entero, sin descanso.

— P.. pero, jefecito, ya casi tenemos t...todo en la m..mira, solo....

— Ya me escuchaste, cambie de opinión, ya no me interesa esa cochinada — le respondió él.

— Pero...

— ¡Dije que ya no importa! ¡Si en algo valoras tu cochina vida vas a tirar esos asquerosos planos, ya! — le grito a punto de perder la paciencia.

Flug hizo la que Black Hat le ordenó, llevaba trabajando en eso un mes sin descanso, pero no le molesto. Estaba feliz de que Black volviera a su actitud normal, eso estaba bien. No le importaba en absoluto ser golpeado, el que Black estuviera bien era para Flug un milagro.
   Y Demencia no pudo evitar sonreír al ver la escena. Ese si era su Black Hat.

— ¿Que tienes en mente? — le dijo, luego de que Flug se fuera.

— Algo de suma importancia — contesto él con notable indiferencia.

— ¿Es arriesgado?

— Lo más probable es que muera en el intento.

— En ese caso, yo voy. Más vale que necesitemos un par de armas ¿no? — una sonrisa pícara se formó en sus labios.

— No, me temo que esto debo hacerlo solo.

— ¿¡Que!? — exclamó sorprendida Demencia.

— Veras, esto es un pequeño ajuste de cuentas con un enemigo, iré solo.

— Vas a buscar al idiota que casi te mata ¿verdad? — le espetó ella, mirándolo de forma cínica.

— Exactamente. Parece que tienes mucho cerebro ¿eh Demencia? — al decir eso los ojos rojos de Black brillaron, como dos rubíes expuestos al sol.

— ¿Estas seguro?

— Completamente. No voy a quedar como un estúpido frente a nadie,le dejare claro quien es el malo aquí. Lo voy a localizar y, cuando lo encuentre, morirá. Lo mataré de la misma forma que él casi lo hace conmigo.

— Oye, nosotros no te consideramos un fracaso por perder una sola vez ¿sabes? — le dijo la chica — Sigues siendo el numero uno.

— No me importa, no voy a dejarme pisotear, no descansare hasta ver su cadáver.

Así continuo durante los siguientes días. Demostrando gran determinación. Ninguno supo nunca que fue lo que lo motivos tanto. Black Hat parecía dispuesto a darlo todo por acabar con su enemigo. Puso a Flug a trabajar arduamente en aquello y él se aseguraba de estar listo para cualquier clase de situación. Se haría respetar, no permitiría que le escupieran así en la cara, no pensaba permitir que nadie lo humillara de esa manera.

A Demencia le molesto que Black no la dejará acompañarlo. Si ella era la maestra del caos, experta en combate, no le temía a nada ¿por que él se mostraba tan reacio?
  Claro que no pensaba quedarse atrás mientras Black peleaba solo. Encontraría la manera de poder acompañarlo como fuera, incluso si debía ir a escondidas. Sobre todo porque no quería correr el riesgo de que pasara lo mismo de la vez anterior o peor.

— Solo dejame ir contigo. Puedo dejar que te encarges de ese infeliz, solo me quedaré por si la situación pasa a mayores. No quisiéramos que termines casi muerto otra vez. — le dijo incansablemente, realmente no le parecía nada seguro que fuese él solo, sin nadie que le cubra la espalda.

— Ya te lo dije, esta vez iré lo más preparado posible. Y sal de mi oficina antes de que te vierta en algún ácido.

Demencia salio del lugar, nuevamente frustrada. Parecía que a Black no le importaba nada más que acabar con su oponente. Era como una pistola, seguía pudiendo disparar a pesar de que las balas se hubieran terminado y tuviera el cartucho húmedo.

Flug, por otro lado, no le parecía nada conveniente que Black quisiera acabar con él por su cuenta. Lo ocurrido la vez anterior seguía presente en su mente, si Blake Hat tenia tanta obsesión por matarlo, las cosas no iban en el rumbo correcto, para nada.



Black Hat creía otra cosa muy distinta: estaba convencido de que eso era lo mejor que podía hacer. No pensaba seguir temeroso, no pensaba seguirse limitando ni iba ponerse más límites.

— se...señor? Lo logre conseguí localizarlo — dijo Flug entrando en la oscura oficina, temeroso, seguía temiendo el resultado de aquel enfrentamiento que Black pretendía.

— Perfecto — dijo su jefe sonriente. Los ojos carmesís le brillaban más que nunca.

— ¿Ahora que?

— Ahora, Flug, va a correr sangre y esta vez no será mi sangre. — respondió él.

— ¿E..esta seguro?

— Al 100%. Ya te lo dije, no voy a parar hasta demostrarle quien es el malo aquí.

Flug lo miro, preocupado. Hacia unas semanas, había estado rogando por que Black Hat volviera a su comportamiento normal. Pero ahora, ahora que veía la locura que él iba a cometer. Ya no estaba muy seguro de si su jefe volvía a ser el mismo o toda la conmoción había causado que perdiera su cordura.

Black volteo a ver a la ventana, sin dejar de sonreír. Ese idiota no tenía idea de que el ser más oscuro del mundo iba a cobrar venganza.
Tenía bien decidido que iba hacer. Ahora que lo tenia en la mira, no descansaria. No descansaria hasta ver a su agresor muerto y eso sería muy pronto.





Algunas Heridas No SananWhere stories live. Discover now