Capítulo 11

35 3 0
                                    

Después del encuentro con el lobo llegué a la casa del Operador y según entré Tim me llevó al garaje. Digamos que allí era donde teníamos nuestras charlas cuando alguno de nosotros estaba depre.

   —A ver, por cómo te oí por el teléfono noté que estabas mal. ¿Qué ha pasado?

   Como estaba más tranquilo se lo conté todo con pelos y señales mientras Tim me escuchaba. Aunque nos peleásemos por tonterías, él era como un hermano mayor para mí, y en momentos como aquel estaba ahí para intentar alegrarme el día.

   Cuando terminé de hablar vi en el semblante de Tim una expresión de preocupación y acabó dándome un abrazo, cosa rara en él porque no es muy fan del contacto físico.

—Sé que esto no ayudará mucho, pero debes saber que estaré ahí cuando lo necesites.

   Correspondí al abrazo sabiendo que delante de mí estaba mi nueva y verdadera familia. Al rato se separó de mí y me quitó unos pelos grises del hombro.

   —Cualquier día tenemos que traer a ese lobo con el que te ves a nuestra cabaña. Creo que los dos se parecen bastante, —me revolvió el pelo— ninguno se deja domesticar por nadie. Bueno, tengo buenas noticias. Hemos localizado al hijo de puta que provocó el accidente que mató a tu hermana y a tu sobrino no nato. Acaba de salir de comisaría. ¿Aún tienes pensado volver a por él?

   —¿Tú que crees? -afirmé con mi voz ronca teñida de rabia.

   —Me lo imaginaba. —puso una mano en la parte posterior de mi cabeza y me obligó a apoyar mi frente contra la suya— Eres como un hermano pequeño para Brian y para mí y sabes perfectamente que cada uno de nosotros haría cualquier cosa por ayudar a los otros dos. Tú ya has puesto de tu parte varias veces, así que nos toca devolvértela. Vas a ir a por ese bastardo esta noche y le harás saber que recibirá el castigo que se merece.

Alejandro

Vaya día el mío. La investigación sobre las desapariciones no generaba más que preguntas y encima a Vincent lo habían soltado. El problema era el siguiente: tenía que encontrar a Toby antes de que él encontrase a Vincent o la tragedia estará asegurada.

   Después de pasar toda la tarde con Jodie decidí levantarme en medio de la noche para salir a buscar a Toby. El día siguiente era domingo, así que no tendría problema en levantarme tarde. Fui al callejón donde quedé aquella vez que presenté el expediente al joven, pero tras echar un vistazo no había nadie. Estuve a punto de rendirme cuando, al darme la vuelta para volver a casa, lo vi caminando por la acera de enfrente. Parecía buscar a algo... o a alguien.

   —Oh no... -murmuré.

   Supe que iba a por Vincent, así que crucé la carretera y lo llamé.

   —¡Toby!

   Se paró y se volvió. Parecía sorprendido de verme, aunque no se sabía exactamente debido a sus gafas y su bozal.

   —¿Qué haces aquí? -me preguntó, con voz ronca.

   —No irás a hacer lo que yo estoy pensando, ¿verdad? ¿Vas a matar a Vincent? ¿Es que me escuchas cuando te hablo? Te dije que por mucha venganza que te tomes no vas a recuperar a tu hermana, ¡admítelo de una vez!

   —¿Crees que no lo sé? —empecé a ponerme nervioso— Pero no es solo por eso. No lo sabías, ¿verdad?

   —¿Saber el qué?

   Toby se acercó a mí y se quitó las gafas. Tenía los ojos rojos, como si hubiera estado llorando durante horas.

   —Mi hermana esperaba un hijo cuando sufrió el accidente.

We are made from broken partsWhere stories live. Discover now