Satisfied.

2.1K 217 171
                                    

La música me marea, la luz persigue mis pasos a donde quiera que voy y de alguna u otra forma me cuesta recordar donde estoy.

No, por mi boca no ha entrado ninguna sustancia extraña que pudiera afectar mis sentidos, ni mucho menos.

Me acerco hacia la multitud con intensiones de verte por lo menos una sola vez, puesto que a la ceremonia ni siquiera me digné a ir. Hasta el momento me había quedado distante, tenía miedo, demasiado y no quería admitirlo.

Elevo mi cabeza por sobre las del resto, y allí estás, tan radiante como nadie en la velada.

Eres hermosa y lo sabes, juegas con tu cabello y sonríes a los invitados con tu esposo sujeto a tu brazo.

Adrien se acerca aún más a ti, sostiene tu cintura y se aproxima a tus labios en el beso más dulce que ambos pudieron compartir, en lo que pareció el cuadro perfecto, de esos que enmarcas sobre el sofá de la sala. Y aún así desvíe mi mirada.

Me duele, me quema de tal forma que solo quiero volver a casa y llorar hasta agotarme.

Comienzas con el tan ansiado discurso de agradecimiento, tu melódica voz resuena por las paredes del establecimiento. ¿Me mencionaste? No lo sé, no lo oí.

Adrien si lo hizo, estoy seguro que en algún punto me agradeció, después de todo fue gracias a mi que conoció al amor de su vida, así como yo lo perdí el mismo maldito día.

— ¡Perfecto! ¡Perfecto! — La voz de Alya me saca de mi trance. — Creo que es hora de que oigamos algunas palabras del padrino. — Dice e inmediatamente todas las miradas se posan en mi.

<< No quiero. >> Pienso desesperado. <<Sáquenme de aquí >> Pero entonces una copa llega a mis manos, tambaleándose a punto de caer al suelo por lo torpe que me he vuelto. De pronto mi habilidad es nula, mi boca se seca y dejo de respirar.

Levanto unos centímetros mi rostro y mis ojos se encuentran con los tuyos, ansiosos y esperanzados. Realmente quieres que hable, ¿No?

— ¡Un brindis por la novia! — Exclamó con mis azules perdidos en ti, tú me sonríes y levantas tu copa en concordancia. —. ¡Por el novio! — Me enfoco en Adrien, no creo poder seguir viéndote, no en ese momento con esa felicidad exorbitante, aquella que claramente no provocaba yo. —. Desde el fondo de mi corazón, quiero felicitarlos por su unión. — Llevo mi mano a mi pecho y siento como algo en mi se rompe. —. Espero que disfruten una larga y plena vida juntos. — Aprieto los labios antes de decir lo que era correcto que oyeras de mi. —. Y la esperanza que nos dan. —Exclamo, sonrío y ovaciones se oyen de fondo. —. Pero sobretodo... — Hago una pausa, dudando de sí decirlo o no, pero mi corazón no se quedara tranquilo si no lo hago, e incluso así, dudo que en algún momento pueda estar en paz. —. Sobretodo, espero que siempre estén satisfechos.

Tus ojos se abren aún más, cristalizados, incluso de desde dónde estoy puedo notarlo. Acabas de recordarlo, ¿No?

Mi mente retrocede, atormentándome, arrastrándome a esos malditos días de verano.

Esa noche, recuerdo esa maldita noche de la que me arrepentiré el resto de mis días, recuerdo a las jovencitas que sin pudor se atrevían a cortejarme aún con sus padres presentes. Recuerdo el brillo de las velas, aquella luminiscencia tan suave que me hacía sentir en su sueño.

Pero Marinette, si hay algo que jamás olvidaré, es la primera vez que vi tu rostro.

Estoy seguro de que jamás volveré a ser el mismo. Tu hermosa e inteligente mirada me atrapó desde el primer segundo en el que nuestros ojos se cruzaron y cuando susurraste ese pequeño; "Hola", olvidé mi maldito nombre. ¿Puedes creerlo?

Marinette. [two-shot]Where stories live. Discover now