NARRA JOS:
Me levanté y me dí prisa para llegar a la escuela en la que ya se encontraban Alan, Freddy y Bryan los saludé y me giré para abrir mi casillero
-Hola Jos- Saludaron igualmente con las manos sobre sus bolsillos-
-Nos vemos más tarde - Avise a mis colegas y me dirigí a clase de Historia-
-Jos-Un chico se acercó a mí-Hola- Camino junto a mí-
-Hola-Le dedique una mirada-
-¿Cómo te ha ido esta mañana?- Preguntó amablemente con una gran sonrisa en su rostro-
-Bien...Supongo
Aquel chico rizado y de ojos verde manzana mostraba un interés especial por el ojimiel y Jos aún no lo notaba por lo cual se mostraba neutral al hablar con aquel chico
-¿Tú como estas Mateo?
-Bien -Sonrió mientras acercaba sus libros hacia su pecho y miraba a Jos como si de un dios griego se tratase-
-¿Hoy también tienes clase conmigo?
-Si ¿Historia no?
-Si - Sonreí- ¿Cómo te trata la preparatoria?- Era bueno hablar con alguien nuevo después de volver de un internado lleno de personas un tanto poco amables-
-Bien- Bueno aún me estoy acostumbrando no habló con nadie más que tú
Aquel chico era nuevo y fue Jos al primer chico con quien había compartido algunas palabras. Su corazón latía fuerte por él y moría al estar a su lado cosa que el pelinegro no notaba.
(...)
Narra Alonso:
Me encontraba en el trabajo hacía tiempo que había decidido dejar la escuela pero no para siempre sólo me tomaría un año sabático para prepararme mucho mejor y conseguir dinero para eso. Trabajaba con la señora Margaret, una dulce y amable mujer de 37 años, era muy guapa y caminaba con elegancia. Su madre Alice que ya había fallecido hace unos años en su testamento dejaba a Margaret como la dueña oficial del salón de alto nivel por lo que para Margaret era un tesoro.
El día estaba apresurado y agotador. Juro que cada mujer de la ciudad peleaba una cita en este lugar, lo cual es bueno pero al mismo tiempo me hacía trabajar cada día más y mi paga seguía siendo la misma.
Narra Jos:
-¿Qué les pasa ahora? No he hecho nada malo ¿O si? - Habló mientras tomaba asiento entre Alan y Freddy y los miró esperando una respuesta-
-No solo que... emmm, mejor em...Mejor dile tu Freddy- Habló Bryan tratando de no soltar una carcajada, pero las ganas por reírse no podían mantenerlo serio-
-Yo ¿Por que? -Freddy mantenía la misma expresión--Okey dile tú Alan - Bryan agacho la mirada con total concentración y Freddy hizo lo mismo-
-Mira Jos. Lo sabemos todo querido amigo- Alan le tomó del hombro-
-No estoy entendiendo ¿De qué hablan?
- Sabemos que que...-Esta vez habló Bryan- ¡Que trabajarás con tu tía en el salón de belleza!- Todos rieron incluso Freddy que aún no terminaba su bocado-
-Cállense imbéciles no me molesten. Aparte ¿Qué tiene de malo?
-No nada. De hecho ya hasta nos podrás hacer descuento en el Manicura o el alaciando -Se burló Bryan y todos volvieron a reír-
- JA JA JA ¿Qué se comieron?¿Un payaso? - Hablé con sarcasmo y di un sorbo a mi bebida-
-Lo sentimos Jos, apenas nos enteramos cuando tu madre llamo a Alan para avisarte que entras a las 3:00 pm
-¿A las 3? No jodan son 3:15
-Deberías contestar tu teléfono de ves en cuando ¿Es para eso que te lo compro tu madre?
-Voy al trabajo los veo luego
En el camino hacía la salida gire a la izquierda y mi bebida se derramo sobre Mateo
- Oh no no no Lo siento- Mi día no podía empeorar-
-No te preocupes fue un accidente- Mateo era un chico muy tímido y no sabia si agradecer eso ya que si hubiese derramado mi bebida sobre algún deportista del colegio tal ves me hubiera roto la cara -
-Lo siento estoy llegando muy tarde a mi nuevo empleo- Me retire la mochila y le cedí mi sudadera- Toma, hace un poco de frió y he estropeado la tuya
-No es necesario - Me miro avergonzado y acomodo sus lentes -
-Si, tómala por favor no te preocupes
-Bien, suerte en tu nuevo empleo
-Gracias- Seguí andando-
(...)
Llegue al espléndido lugar, todo estaba lleno de brillo y glamour. Miré hacia los lados tratando de encontrar su oficina, todo el mundo estaba ocupado y personas iban y venían.
Observe una puerta violeta a lo lejos así que supuse que mi tía debería de encontrarse ahí, al abrirla choque con un chico.
-Lo siento. Déjame ayudarte
-No es nada -Habló dulce mientras levantaba aquellos productos de cabello y los depositaba en la caja.
En un instante se volvió para mirarme y al mirarlo y al mirarle supe quién era. Por que, dios sus ojos. Esos ojos que veía al despertar hace dos años atrás no los olvidaría jamás.
CONTINUARÁ...
ALIVILLALPANDO
