luna de esperanza

3 0 0
                                    


En ese mismo instante un charco de agua grisácea emergió del viejo suelo de madera y de él asomaron res pequeñas cabezas con diversas telas entrelazadas entre sus diminutas manos, los mensajeros me habían traído diversas ropas para que me vistiera, las cogí y me las puse, eran las ropas de un verdadero cazador, hechas de una tela especial impermeable, perfecta para mi situación actual, eché una mirada hacia el exterior y divisé que la lluvia había cesado así que me dispuse a marchar.

Ya que no podía alcanzar la catedral usando el puente dado su estado actual debía tomar un pequeño atajo, aunque esta vez el atajo es mucho más largo que el camino original y mucho más desagradable, primero debía entrar en las alcantarillas para alcanzar más tarde el camposanto de Odarenon y alcanzar la capilla de santa Lovada para llegar más tarde a la gran catedral, la catedral oscura.

Nada más llegar a las alcantarillas me di cuenta de algo muy desagradable, el agua estaba llena de cadáveres deformados con largas melenas y brazos excesivamente largos pero aún más extraño que eso, ninguno tenía piernas y todos estaban destripados, como si hubieran clavado un hacha en lo más profundo de su ser con una rabia abrumadora, sea lo que sea que lo hizo ya no estaba aquí pero dado el rastro de cadáveres se dirigía hacia el camposanto así que decidí seguir el rastro hasta el, antes de entrar al cementerio debía pasar un pequeño puente de piedra que lamentablemente estaba lleno de bestias, tuve que retirarme y esperar a que se relajara el ambiente, soy un buen cazador y confío en mis habilidades pero todo tiene un límite ya que no solo hay diez o veinte bestias sino aproximadamente setenta así que me acerqué a una gran casa con las luces encendidas ya que escuche el llanto de una niña pequeña y decidí averiguar que sucedía así que me acerqué al andén del ventanal y una pequeña niña me saludo desde el otro lado, me dijo que olía igual que su padre que también era cazador y me pidió que buscara a su madre, su padre llevaba demasiado tiempo fuera y su madre se preocupó ya que no sería la primera vez que casi enloquece cazando ya que poseía una mente muy inestable y ya debería haberse retirado hace tiempo pero era muy tozudo y amaba su trabajo pero igualmente su mujer lo amaba con tanta fuerza que se le ocurrió un remedio, salía a buscarlo las noches de cacería en su punto más salvaje y hacía sonar la cajita de música que él le regalo en su boda así conseguía que se calmara y volviera a casa con su familia, la niña también me contó que su madre en el despiste de la noche había olvidado la cajita de música y que debía llevársela rápido, la reconocería sin problemas ya que llevaba un colgante con una gran gema de color rojo brillante y llevaba un largo vestido color café con adornos blancos en los remaches.

Volví al puente tras hablar con la pequeña y ya no estaba tan abarrotado así que entre golpes y latigazos conseguí abrirme paso fácilmente entre toda aquella chusma infernal que asolaba el puente con su presencia, a tan solo unos metros de distancia se encontraba el camposanto y a paso ligero entre con cuidado de no tropezar con alguna piedra escondida entre los hierbajos.

Al fondo del susodicho cementerio pude divisar una alta figura de aproximadamente unos dos metros, llevaba un largo pañuelo que recorría su cuello y bajaba por su espalda hasta su cintura, vestía una chaqueta negra y larga casi hasta la altura de sus pies y unas botas negras que al igual que su sombrero de ala ancha servían de decoración para su visión tétrica y moribunda, alzaba un hacha de mano de color negro y decoraciones de estilo victoriano, que no era precisamente un hacha diseñada para cortar leña sino para un propósito más escabroso: La caza, podía deducirse por su hoja ancha y alargada, diseñada especialmente para partir huesos con facilidad y en eso se encontraba precisamente, intente acercarme pero lentamente se dio la vuelta y pude distinguir su cara, llevaba una venda en los ojos tapando su mirada, es un recurso que usan los cazadores menos cuerdos para evitar enloquecer pero eso no quita de que se le viera ya poco cuerdo de por sí, tenía unas patillas largas que se entrelazaban en su barbilla y un largo pelo canoso que llegaba hasta su cuello, sin duda era el, el padre de aquella niñita me estaba mirando ferozmente abrió la boca y me grito que no me acercara más, dijo que sabía que era una bestia y me advirtió que como diera un solo paso más me degollaría allí mismo y desmembraría mi cuerpo sin vida para que no pudiera volver a levantarme y sembrar el caos de nuevo.

Intente explicarle que no era una bestia sino uncazador pero hizo caso omiso a mis palabras y me dijo algo aterrador "todossomos débiles si no eres una bestia ahora pronto lo serás, acabaré con tu vidaantes incluso de que puedas mostrar tu verdadera forma bestia inmunda".    

la sangre del cazadorWhere stories live. Discover now