Entre el orgullo y el prejuicio.

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Ni siquiera quería entender como es que eso estaba pasando, sabía que debía estar en Seattle, el avión tenía ese destino. Iban en la carretera, en medio de la nada y sin saber exactamente a donde diablos iban, el rubio era una tumba, ni siquiera había volteado a verlo, aún llevaban los trajes de novios, ni siquiera le había dejado cambiarse en el aeropuerto y tampoco había comido nada desde la mañana y ya faltaba poco para el anoche y para colmo se había quedado sin batería en su teléfono.

***

-Eso fue raro ¿no?- comento Howard mientras despedían a los últimos invitados.

-No tanto, Steve tuvo una emergencia y Tony comprendió, esas cosas pasan- Peggy trataba de calmar a su esposo, pero era difícil cuando ella sabía que algo más había pasado, ya había tratado de llamar a Tony y la mandaban directo al buzón.

-Esperemos que no sea nada grave y puedan continuar con la luna de miel, ya que no disfrutaron su fiesta.

-Veras como si, mañana llamamos a Tony.

***

De repente la furia y la adrenalina se habían ido, solo quedaba mucha molestia y una sensación de traición, pero ¿qué podía esperar de los ricos hipócritas? Debió saber que todo era una engaño, de repente un ruido lo saco de sus pensamientos y volteo a ver a Tony que había puesto la mano sobre la zona de su estomago y de repente sintió una punzada de culpa.

-¿Tienes hambre?- cuestiono con seriedad.

-No- dijo el castaño con tono enfadado y Steve apretó su agarre sobre el volante para no volver a enfadarse ¿cómo era posible que su "esposo" se enfadara cuando el era el agraviado?

-Hay un lugar cerca donde podemos comer, si quieres- dijo tratando de alejar el mal ambiente.

-Me da igual, tu eres el alfa ¿no? tu decide- Nuevamente inhalo y exhalo, tratando de calmarse.

Tony ni siquiera lo volteaba a ver, iba viendo por la ventana , aunque ya se veía poco, la noche había caído. Steve acelero y cuando vio el restaurante y la posada decidió parar, necesitaban comer y descansar, bajo del auto y después Tony bajo, poniendo en blanco los ojos y azotando más fuerte de lo normal la puerta del auto. Cada uno tomo su maleta y  entraron directo a la posada.

-Buenas noches, bienvenidos- Dijo una amable señor.

-Buenas noches, una habitación por favor- Tony miro a Steve, quiso decirle que pidiera dos, pero sabía que seria un intento absurdo.

Tony siguió a Steve hasta la habitación, le sorprendía que fuera un lugar bonito y acogedor, consistía de una salita que tenía dos puertas, una era el baño y la otra la habitación, tenía chimenea, una bonita alfombra peluda y una mesita de madera, Steve fue a la habitación y puso su maleta a un lado de la cama, no tenía ni idea de que hacer ahora. Tony puso su maleta sobre el sofá, la abrió y saco algo de ropa cómoda. Cuando Steve estaba saliendo de la recamara, Tony ya estaba en el baño, se había encerrado, había conectado su celular para cargarlo e iba a tomar una ducha.

El ruido de la ducha le indico que Tony estaba bañándose, aprovecho para pedir servicio a la habitación, para cuando Tony salio, toda la comida ya estaba ahí, Tony miro todo y levanto la ceja expectante, suspiro y se rindió a su hambre.

-Te estaba esperando para comer- dijo Steve, Tony no contesto nada, solo se sentó y agarro una hamburguesa y comenzó a comer, Steve pudo ver su brazo y vio que había dejado su mano marcada y ya estaba tomando un tono morado,  nuevamente la culpa regreso- Lo siento- dijo realmente arrepentido, Tony se mordió el labio.

¿Me amas?Where stories live. Discover now