Buscando una explicación

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Hola guapos y guapas, gracias por entrar aquí; hoy les traigo el capítulo dos de este mini fic. Espero que les guste :D

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y dejan comentarios, a las que votan, a las que agregan mis historias a sus listas, a las que me siguen, y a las que simplemente leen.   Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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Capítulo dedicado a todas las lindas personas que me dejaron algún comentario en mi última actualización: LindaCameron0, Temari_05_Nara, Micaela_Conejo, muchitz, MadaraUchiha810, Claryw2,fernan-XD, NaniAlfonsin, Dereckk, TeaganShamir, CarmenGloriaPinonan7, FabiMer01, BySaira y B_Schez . Gracias por comentar, les mando a todos un gran  beso y un fuerte abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Mi mejor opción

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Capítulo.- Buscando una explicación.

POV Temari

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Ingresé a mi apartamento con el corazón acongojado. Tiré la cartera en el sillón más cercano, para luego quedarme quieta por unos segundos.

Inhalé aire fuertemente.

Comencé a avanzar en dirección al pasillo, pero me detuve. Tenten apareció por éste.

Desvié la mirada.

—Hola Tema, ¡qué largo fue tu día!, ¿cómo estuvo todo? —inquirió alegre, acercándose hacia mí.

—La verdad, Tenten, es que no quiero hablar de eso —acoté cabizbaja. Cambié de inmediato el tema de conversación—. ¿Kakura, ya se durmió?

Fijé mis ojos aguamarina en sus orbes cafés, y vi que éstos me miraban con preocupación.

—Recién se durmió —me respondió en un tono sereno, sin dejar de observarme—, ya no le quedaban más energías para esperarte, estaba realmente cansada.

—Pobre Karura —acoté sin poder disimular la congoja que sentía. Odiaba que aquello que me había ocurrido hace un momento atrás, me afectara tanto—. Gracias por cuidarla, Tenten

—¿Qué te pasó? —me preguntó, mi amiga, acariciándome el antebrazo.

—Soy una tonta, Tenten —le contesté, aguantándome las ganas de llorar.

Tragué saliva.

—No digas eso, Tema —me dijo con calidez, tomando mi brazo—. Ven, sentémonos.

En silencio me guió hasta el sillón. Tomamos asiento.

Bajé la mirada.

Supongo que Tenten se impacientó al ver que yo no hablaba.

Tomó la palabra.

—Tema, dime... ¿qué te hizo el idiota de tu jefe? —me preguntó con seriedad y sin rodeos, captando de inmediato mi atención.

Alcé la mirada.

—¿Qué te hace pensar que él me hizo algo? —inquirí mirándola fijamente, aunque después me arrepentí de haberle formulado esa pregunta.

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