Mi mejor opción

No quiero ninguna explicación

Hola mis bellas y bellos lectores, gracias por entrar aquí, yo sé que dije que este sería el último capítulo de esta historia, pero creo que es necesario dividir el capítulo en dos, espero que lo entiendan. Disculpen por no subir el capítulo el fin de semana, pero tuve un problemilla doméstico.

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Como siempre agradezco a todas las personas que leen mis historias y dejan comentarios, a las que votan, a las que agregan mis historias a sus listas, a las que me siguen, y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar :D

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Capítulo dedicado a todas las lindas personas que me dejaron uno o más comentarios en mi última actualización: Mau5828, Temari_05_Nara, CamilaBird, muchitz, Nara-Lourdes, MakamenroyMaxaloma, Sha-Tea, StefyCarpio, shaosaku, Aki05shao07cornio, EA_NHdez, CarmenGloriaPinonan7, NaniAlfonsin, Claryw2 y TemariNara377. Gracias por comentar, les mando un beso y un fuerte abrazo :D

Dedicado también a: BySaira y Giovanni_raver.  No pierdo las esperanzas de verlos por acá.

Mención especial para Valentina_Nara14.  Gracias por escribirme y estar atenta a mis actualizaciones :D

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Mi mejor opción

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Capítulo 8.- No quiero ninguna explicación.

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Sin demorarse ni un minuto más, Shikamaru se subió a su auto y salió del estacionamiento rumbo a la avenida principal. Sacó el celular de su bolsillo y activo con su mano derecha el modo manos libre, mientras con la otra continuó conduciendo.

Marcó a la aliada.

—Vamos, Tenten, responde —balbuceó con los nervios de punta, mientras esperaba que ésta le contestara, sin embargo, aquello que pedía iba a ser algo difícil, ya que en ese mismo instante, la castaña estaba conversando con Temari.

—¡Qué hiciste qué! —exclamó, la de ojos chocolates, tapándose la boca con una de sus manos.

Nadie tenía que escucharla, ya que estaba encerrada en el baño de su trabajo.

—Lo que oíste, Tenten, hoy fui a dejar mi carta de renuncia —volvió a repetir, la rubia, aclarándole a ésta que no había escuchado mal.

La castaña aún no podía creer.

—¿Pero por qué no esperaste a que se terminara tu licencia?—inquirió, ésta, tratando de entender por qué su amiga había hecho aquello. Empezaba a creer que ésta tenía dotes de adivina, ya que no entendía cómo podía sabotearle su plan dos veces en menos de cinco días.

—Porque no valía la pena seguir esperando —le respondió, ojiverde, firmemente—, un día más un día menos, ya daba lo mismo.

—¿Y qué te dijo tu jefe? —preguntó, Tenten, interesadísima, ya que por la forma que hablaba Temari, le daba a entender que éste no le había confesado nada.

Esperó expectante la respuesta de su amiga.

—No me dijo nada, porque nunca lo vi —espetó bruscamente, la rubia —. Estaba en una reunión al momento que fui.