UNO

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UNO: El primer golpe

El primer cambio que experimenté tuvo inicio en una fiesta que daba mi mejor amigo, Hoseok, con motivo de celebrar que al fin había recibido su título de psicólogo. Asistí sólo porque era él y me lo había rogado por casi un mes completo —porque sí, el bastardo tenía asegurado graduarse cueste lo que cueste en el mes de mayo. Al principio, mientras conducía a mi destino, pensaba en quedarme una hora, felicitar cara a cara a mi mejor amigo por su perseverancia y esfuerzo y luego irme apenas se diera la oportunidad.

Lamentablemente —o tal vez no— ese plan quedó descartado cuando desde el inicio se me hizo imposible encontrar al pelirrojo entre la multitud de gente que ocupaba el departamento —y me pregunté cómo es que el casero del lugar aún no había llamado a la policía con semejante fiesta montándose en un pequeño lugar; es decir, yo lo hubiera hecho al primer ruido. Si bien me esperaba algo así, no lo hacía a tal magnitud, ¡eran las diez, Santo Cielo!

En fin, cuando logré hacerme paso lo primero que hice fue irme al balcón, donde sólo había una espalda relativamente pequeña vestida con una camisa blanca bastante holgada enfundada en la cintura con un pantalón negro que podía decir con certeza desde lejos que era bien pegado al cuerpo y se abría en sus terminaciones inferiores como una campana. El chico en cuestión —saqué mi conclusión apresurada por el simple hecho de que tal cintura, si bien era estrecha, no concordaba con la de una mujercita coreana promedio— tenía el cabello corto teñido de naranja; no juzgué, mi cabello era menta chillón, así que si iniciaba una competencia de "quién es más ridículo", seguro sería yo quien hubiera terminado perdiendo. Me apoyé en la baranda, justo a su lado, y encendí un cigarrillo. Si le molestaba se podía ir, pero sucedió todo lo contrario, el chico se quedó. Escuché un hipido, al principio pensé que se trataba de la borrachera que parecía tener encima, y en parte lo era, pero también se debía al llanto. ¿Y por qué carajo ese niño estaba llorando? Bueno...

Oye —le llamé un poco aturdido. De un momento al otro el chico había roto en llanto a mi lado cuando llevaba la mitad de mi cigarro—. Hey, ¿por qué lloras, mocoso?

Y sí, ese chico no podía pasar de los 22 años, la carita llorona que tenía no era de alguien mayor a mí.

P-por el idiota de Hoosuk —murmuró entre su llanto, dejando un vaso que contenía cerveza importada —lo sabía porque mi amigo me había contado innecesariamente toda la cantidad de alcohol que había comprado para su fiesta los otros días- en el suelo, al lado de su cuerpo que sentó allí mismo, sobre las frías baldosas blancas. Genial, tenía a mi cuidado un niño con su primera borrachera, y es que se notaba en demasía que el pequeño no había probado una gota de alcohol en su vida... ¡caer borracho con un vaso de cerveza! Me pregunté quién era ese "idiota de Hoosuk" que hizo que este pequeño tomara su primera experiencia con el alcohol tan irresponsablemente—. Él me invitó aquí —expuso con su voz constipada— y me dijo que me ponga bonito. ¡Yo lo hice; vine muy bonito, señor! E-entonces, cuando llego, él estaba con sus estúpidos amigos, ¿y sabe qué? ¡Él me preguntó por qué vine tan arreglado! Es un idiota, ¿por qué diablos me gusta él?

El niño hizo un mohín realmente parecido a esa carita triste que se usa en los mensajes de texto: ":(". Reí internamente, él era muy tierno con sus ojitos delineados perfectamente y sus labios brillantes por algún bálsamo labial aplicado, además de sus muy agraciadas facciones de chico joven dispuesto a vivir la vida.

Tomé un respiro antes de hablar—. Bueno, ese Hoosuk es un idiota, ¿eh?

El niño asintió con un puchero en sus labios—. Sí, me hizo sentir lindo por un momento y luego... ¡y luego quiebra mis ilusiones con sólo respirar!

[PAUSA] since they entered my life ㅡ ymWhere stories live. Discover now