Mi Pequeño Secreto

"Que con amargas verdades del pasado..."

Semanas atrás.

El pequeño peliblanco había salido al receso, su profesor había venido y al estar Destiny de viaje y Levi enfermo nadie le aviso de que ese día no tendrían clases, así que estaba sólo y sin nada que hacer.

Aburrido se fue a la jardinera para leer pero al revisar su mochila notó que no había traído su libro «"Vaya día"» Pensó irritado.

Sin nada más que hacer arto de su soledad salto la barda de su escuela y se dispuso a ir a la biblioteca. No es que el fuese alguien que infrigiera las reglas pero literalmente estuvo ahí por dos horas y ningún profesor se hizo responsable de ese pequeño niño genio que tanto les irritaba, en cierta parte era entendible, tratar con genios y con niños era difícil y uno que fuese ambos más.

Conocía el camino de memoria, la biblioteca era su lugar favorito en la ciudad y solía ir a menudo.

-Buenos días Seichiro, ¿de nuevo por aquí? -Preguntó la bibliotecaria.

-Si Rose, vine a leer un poco. -De tanto que venía Rose lo reconocía fácilmente, ¿cómo no olvidar esa carita y esos ojos?

-¿Esta vez de quien?

-Últimamente Charles Dickens me esta robando el sueño.

-¿Y la escuela?

-No hubo hoy.

-Ya veo, diviertete pequeño. -Dijo despidiéndose con la mano y una sonrisa para volver a sumergirse en su libro.

Seichiro después de elegir el libro que actualmente leía se sentó en un sillón de la biblioteca. Pasadas dos horas habiendo terminado de leerlo se levantó en busca de otro, por alguna razón decidió ver la sección de leyendas y mitos, busco entre tantos títulos que habían al alcance de su vista y mirando hasta arriba vio uno que le llamó la atención, miro para ambos lados y al ver que nadie lo veia salto hasta llegar al libro y bajarlo.

Su tapa era dorada con dibujos de enredaderas de un verde vivo que tenían flechas y espadas atrapadas en estas, más le extraño que no hubiese nombre en la portada.

Frunció el ceño, nunca antes había visto un libro sin nombre, la curiosidad lo invadió y abrió el libro encontrándose con una nota escrita con tinta, letra manuscrita y que parecía haber sido escrita hace años, tal vez siglos. «Esta impreso con una exelente calidad, los detalles son de admirar.» Pensó, cada parte del libro parecia haber sido hecha a mano, no había ni un sólo error o algo que no lo hiciese lucir antiguo. Le extraño ver algo de tanta calidad en una biblioteca pública.

-Sólo leeré un poco. -Se acomodó nuevamente y comenzó a leer la peculiar nota.

"¿Estas dispuesta a despertar?
Del sueño que te atrapa,
Que con amargas verdades del pasado
Cuenta aquello que a sido enterrado
Más regresa del pasado al presente,
Esa verdad aparente
Escondida ante los ojos
La hayaras en tu corazón
Escrita en lo más recóndito
Liberada por el primogénito."

Es difícil empezar algo que nunca fue terminado, sabes que nunca podrás tener la satisfacción de decir: "finalmente, después de tanto luchar, conseguí aquello que tanto me esforze en conseguir."

Sabía que lo mismo sucedería conmigo, no podía empezar una historia de amor enmedio de una que nunca terminó.

¿Mi nombre? Eso no importa.

Después de todo esto es una simple extensión de mis pensamientos, una versión en físico de ellos plasmada en tinta y papel.