Capítulo 55

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Pov Lauren

-Relájate amor, relájate... -Le decía a Camila mientras ella me empujaba hacía la gran cama en nuestra habitación del hotel

-Ningún relájate, ¡te quiero sin ropa ahora! -Me reí mucho por la situación, su cara estaba tan roja que pensé que iba a explotar en cualquier momento

-Es en serio Camila, necesito tomar una ducha...

-No Lauren, deja los pretextos, ¡harás lo que yo te diga!

-Por supuesto que lo haré, lo prometí, pero deja que me duche y me ponga algo más...

-¡Bien! Ve a tomar tu dichosa ducha y luego lo haré yo, ¡Pero más vale que te des prisa!

-Te ves preciosa cuando te enojas -Le dije intentando darle un beso, pero me esquivó, supuse que después de le pasaría así que me metí al baño, necesitaba esa ducha de verdad

Entré y me quité la ropa, abrí la llave dejando que el agua tomara la temperatura adecuada. En cuanto estuvo perfecta entre y me quede algunos segundos bajo la regadera solo disfrutando de la sensación del agua caliente sobre mi piel haciendo que me relajara al instante. Tomé una cantidad considerable de shampoo y masajee mi cabello dejando que el agua enjuagara toda la espuma que se formó, de igual manera seguí con mi cuerpo, enjabonándome y dejando que el agua lo enjuagase después. Intenté no tardar demasiado, pero realmente estaba disfrutando del momento, estaba a punto de cerrar las llaves y salir cuando escuché la puerta corrediza abrirse de golpe y sentí a Camila abrazándome por detrás pegándome a su cuerpo caliente.

-Creí haberte dicho que no te tardaras -dijo en mi oído mordiendo mi oreja y apretando su cuerpo más al mío haciéndome sentir sus pechos en mi espalda y su entrepierna en mi trasero

-Carajo... Camila ya estaba por salir... -dije con la voz entrecortada, la situación estaba yendo por un camino bastante inesperado

-Tsk tsk tsk, te has portado muy mal Lauren, muy mal... -dijo subiendo sus manos a mis pechos y apretándolos mientras besaba mi cuello

-Camila...

-Shhh... Que ni se te ocurra protestar, yo estoy a cargo ahora, me lo debes... -No fui capaz de decir nada así que solo asentí con la cabeza

Tomo mis manos y las pego al mármol frío del baño, dejándome claro que no podría hacer nada, en realidad ella estaba decidida a hacer conmigo lo que le diera la gana. Comenzó a juguetear con sus manos por todo mi cuerpo de arriba abajo dándome mordiscos en el cuello y la espalda. Apreté los ojos y mordí mis labios en un intento desesperado por no gemir. Luego ella se agacho y beso mis nalgas, las acariciaba y amasaba y yo estaba realmente excitada. De pronto dio un mordisco y una nalgada que me hicieron saltar por la sorpresa. Recargué mi frente en la pared fría, esto se estaba saliendo de control. Subió con más besos por toda mi columna hasta llegar de nuevo a mi cuello

-Date vuelta -Me ordenó y así lo hice

Cuando estuvimos de frente ella me miró como una fiera a su presa, juro que en todo este tiempo juntas nunca la había visto así. Sus ojos eran como fuego y su boca estaba entreabierta y con la respiración pesada, dejándome ver lo excitada que estaba también. Me beso con furia, su lengua entró en mi boca sin aviso y la exploró de la forma más audaz y obscena que pudo, no había más vergüenza entre nosotras. Luego beso nuevamente mi cuello hasta llegar a mis pechos. Los lamió y mordió hasta que estaban tan sensibles que casi me hizo gritar. Respiraba a toda velocidad buscando que el aire llegara a mis pulmones más rápido y me hiciera tranquilizarme, pero en este punto ya no había nada qué hacer. Cuando ella bajó y tomo una de mis piernas colocándola sobre su hombro perdí todo el control. Estaba arrodillada frente a mi, separando con sus dedos mis húmedos pliegues y lamiendo como un felino, con tal devoción que me hacia sentir mareada. Me miró y ahí fue donde exploté, su rostro era de total placer, no puedo imaginar como habrá sido el mío. Era sin duda lo más sexy que había visto. Tenerla ahí de rodillas chupando y mirándome como si quisiera matarme, ciertamente lo logró, en ese instante me hizo morir con un orgasmo devastador. Me hizo morir de tanto placer.

Luego de esa gran actuación de Camila y esa astucia que salió Dios sabe de dónde, me enjuague nuevamente y salí de la ducha, ella se quedó un poco más pues realmente no se había bañado aún. Me busqué un top deportivo y unos boxers simples y me recosté en la cama. Miraba al techo y sentía el corazón fuera de control, ¿de verdad esto estaba pasando? Sin duda haberme casado con Camila había sido la mejor decisión de mi vida, la única buena decisión tomando en cuenta lo mal que me había ido en el pasado.

Ella salió del baño con una pequeña toalla que apenas cubría su precioso cuerpo y cuando la miré me acerqué a ella.

-Ven acá...

-Espera Lauren, necesito buscar un pijama...

-No la necesitarás, ven acá...

Ella me regaló una sonrisa preciosa al escuchar mis palabras y yo ya sentía el cuerpo ardiendo nuevamente, le quité la toalla y miré su cuerpo de arriba abajo, Dios, nunca me cansaría de mirarla, la acaricié y enseguida su piel se erizó. La conduje hasta la cama acostándola en ella y colocándome encima. Estaba sentada encima de su cuerpo acariciando sus pechos y ella me miraba con los ojos achicados, por un momento pensé que tenía sueño hasta que se mordió el labio y comenzó a gemir. Comencé a moverme más rápido, y ella apretaba los ojos, sentía que mi entrepierna punzaba solo de verla. Realmente no podría continuar más tiempo con este jueguito, me saqué la poca ropa que tenía y me coloqué entre sus piernas, nuestros centros húmedos y calientes se rozaban y ella movía más la cadera, yo hice lo mismo. Tomé sus manos por encima de su cabeza apretándolas contra el colchón y me moví más y más rápido, intentaba besarla, pero gemía tan fuerte y su respiración estaba tan entrecortada que me era difícil mantener mi boca pegada a la suya.

-Lauren, te amo... Te amo... -Alcanzó a decir con el poco aliento que tenía y eso me enloqueció, comencé a ir más rápido y a besar por todas partes hasta que sentía que yo también iba a explotar

-Yo también te amo Camila, soy tuya...

Y como si eso hubiera encendido un interruptor dentro de ella comenzó a tener espasmos y sentí el líquido caliente derramándose entré nosotras. Claramente no sabía de quien era porque también llegué en ese momento, me tumbé sobre su cuerpo sudoroso intentando recuperarme, estaba mareada, cansada, satisfecha y sobre todo feliz.

-Te amo bebé -dijo ella besando mi cuello y abrazándome fuertemente

-Yo te amo más, mucho más, como no tienes idea Camila, gracias por estar conmigo...


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Nunca he sido muy buena escribiendo smut, espero que comprendan. Gracias por leer, hay más capítulos relativamente nuevos, por si se perdieron de algo. Saludos. 

Bad Reputation | Camren Where stories live. Discover now