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– Jungkook ¿Cómo te fue en el colegio, cariño?– preguntó amable la señora Park mientras se servía un vaso de agua fresca.

– Estuvo...– ¿Estaría mal que dijera lo que realmente sucedió?– normal– mintió para terminar con una sonrisa.

– ¿Y Jimin?

– Tuvo que ir a hacer un trabajo para una clase con Taehyung y Hoseok. Pero me dijo que regresa como máximo 8 p.m.

La señora Park asintió con una sonrisa y continuó en lo suyo mientras Jungkook subía a su cuarto.

Había decidido ignorar lo sucedido en la escuela, pero definitivamente en algún momento debía pensar en ello y cómo solucionarlo. Ese momento era ahora.

Se sentó en la suave alfombra donde con Jimin hace las tareas y se recostó mirando al techo mientras se hablaba a él solo dándose ideas. Hacía preguntas al aire y las respondía por sí solo.

Tras estar cerca de una hora pensando qué hacer lo único que logró fue conseguir un fuerte dolor de cabeza. Decidido de dejar el tema para otro momento.
Se sienta aún en el suelo algo mareado por el repentino movimiento y queda unos largos segundos mirando a ningún punto específico.

Él creía estar solo. Creía que todo lo que dijo, recordó, preguntó y respondió quedaba en sus recuerdos.
Esperaba que toda esta situación sea solamente una escena de celos por parte de la bonita chica y que, como en toda película, la chica se termine disculpando y "aprendiendo" de su error.

Pero no era así. No es una película de amor donde el chico consigue a quien quería, con su beso perfecto, sus citas perfectas, su vida perfecta, sin discusiones en la relación y como final que hayan muerto tomados de la mano.

Está bien a veces fantasear, pero la vida real te va a dar un golpe duro en algún momento; donde tal vez esa fantasía en la que vivías se destruya en pedazos, donde ese golpe sea tan duro en el que no puedas volver a recuperarte, o algún golpe que deje secuencias.

Jungkook ya vivió demasiados golpes.
Consiguió demasiadas secuencias. Pero nunca uno en el que no logró recuperarse.

Quedó demasiado tiempo pensando en por qué logró seguir adelante a pesar de los problemas que tenía y solo tuvo una respuesta: su familia. Yugyeom, Shin-Hye, YoonGi, Jimin, su madre.

Era la única respuesta que pudo obtener. No necesitaba de otras para darse cuenta de la verdad.

Hey, Jungkook– escuchó a alguien saludarlo desde la puerta de la habitación y como éste, segundos después, se sentaba al lado suyo.

– Hola bonito.

Depression >Jikook<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora