Red Moon ━ Edward Cullen ¹

ix. la promesa de la vida

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—Lo de ayer, perdón, por favor, fui descortés, yo... —murmura tan bajito que de no ser por mi audición mejorada no podría haberlo escuchado. Sonrió, en verdad puedo ver que esta apenado.

—Está bien —susurré, sin quitar la vista de sus enigmáticos ojos dorados—. ¿Por qué no lo dices? Sé que no se trata solo de lo que paso ayer.

—Se que Garrett y tu han estado preocupados. Solo quiero aclarar que no diré nada.

Oh.

—¿Por qué? —masculle—. Quiero decir, lo agradezco y mucho. Pero ¿por qué guardarías nuestro secreto?

—No te expondría así —Sus ojos se alejaron de mi—. Ni a ti ni a Garrett. Eleazar es el único aparte de mí que lo sabe, y le he pedido que no diga ni una sola palabra.

—Gracias, de verdad muchas gracias Edward.

Él negó con la cabeza. —No me las des. He sido muy grosero contigo y no lo mereces. Te ganaste el afecto de mi hija en el instante en que te presentaste, no has sido más que pura bondad con ella —Mi congénere embozo una sonrisa, una mezcla entre admiración y nostalgia—. Estaba tan enojado contigo.

Yo retrocedo, con la confusión dibujándose en todo mi rostro.

No entiendo Edward, ¿enojado conmigo? Transmito mentalmente.

—Conectaste enseguida con Nessie —No pude evitar hacer una mueca de repulsión al escuchar que él había adoptado el sobrenombre con el que la llamaba el metamorfo Jacob—. Tú, una completa desconocida, ni siquiera esperábamos que Garrett llegara acompañado. Y en un segundo ya te la habías ganado.

—Creo que no te estoy entendiendo, ¿en qué sentido eso fue algo malo para que te enojaras conmigo? ¿Temías que le hiciera daño?

—No, no. Estaba receloso, no quiero que olvide a su madre —Inclina su cabeza, apenado.

Dude unos segundos, pero al final tome su mano entre las mías. Me toma por sorpresa una intensa corriente eléctrica al momento en que lo hago que por un micro segundo me aturde. —Renesmee jamás lo hará, créeme. Tú te aseguraras de que así sea, si puede recordarla siempre estará con ella.

—Es difícil hacerlo. Al principio inclusive me era difícil estar cerca de ella.

Sin darme cuenta me acerque unos pasos a él. —Te entiendo, mucho más de lo que crees.

Si, era horrible cuando alguien amado moría. Conocía el dolor abrazador en carne propia, pero para mí no se comparaba a despedirse de alguien que seguía vivo. Saber que esa persona aun existe, aun respira, aun late su corazón y no poder acercártele, no poder verle, hablarle, protegerle, saber que sufría, eso... eso era enloquecedor. Estar lejos de la persona que amas... era difícil sobreponerse a eso.

—No la apartes de ti. Ella te necesita.

—Mi familia piensa igual, no se han atrevido a decirlo en voz alta —exclama.

Puedo imaginar a Esme o a Emmett tratando de decirlo en voz alta para arrepentirse en el último segundo.

—Bueno, es una suerte para ti que no esté ligada legalmente a ti —bromeó.

Finalmente sonríe casi con ternura. —Eres muy sabia para alguien de tu edad.

—Por favor —me burlo, repentinamente consciente de lo cerca que estamos—, es solo que tu eres demasiado pesimista para tener solo 100 años.

Él suelta un suave resoplido. —Veremos qué me dices en 90 años.

—Me emociona pensar que tendré 90 años más en este mundo —Ante su mirada atónita aprieto su mano—. Creo, Edward, que hasta ahora has visto el vaso medio vacío. Y eso te ha impedido ver más allá. Hay un mundo haya fuera, evolucionando, cambiando. ¡Tú mismo me has hablado de esos cambios toda la noche! En 10 años, cada vez que regreso a un lugar no está igual a la primera vez que lo visite y es ahí donde radica su belleza. Culturas nuevas, idiomas, literalmente todo un planeta por recorrer, así que no, no puedo evitar emocionarme ante la idea de un siglo mas siendo testigo de esa belleza. Soy artista después de todo.

—No dejas de sorprenderme —dice, dedicándome una mirada pasmada.

Sonrió, aunque sé que se parece más a una mueca vacía. —Al momento de nacer hay una promesa que te hace la vida misma: sin importar cuánto dolor estemos sintiendo, todo a tu alrededor continuará. La vida no hará una pausa por ti. Así que tienes que aguantarle el paso y avanzar. De lo contrario no estás viviendo.

—Lo dicho; demasiado sabia para ser tan joven.

—Nah que va, eso me lo dijo Garrett.