La mejor noche de su puta vida - Oneshot

La mejor noche de su puta vida

Me siento sucia! xD

No, no es cierto.

Suelo terminar una idea antes de empezar otra, pero como habrán podido ver algunxs por ahí, quería intentar cosas nuevas ¡Y qué mejor que salir de la zona de confort! Suelo hacer seriales, AU, con mi otp, y con temas un poco mas pensados. Así que para el desafío hice todo lo contrario: un oneshot autoconclusivo, con los chicos irl (en la vida real, como youtubers), añadí a alguien de quien no suelo escribir, y en un ambiente mucho más relax xD.

 Así que bueno. entiendo si no les agrada, es otro experimento más que quería intentar.

PD: pasará mucho tiempo antes de que vuelva a escribir de ellos irl x.x  casi se me partió el cerebro xD

PD2: Gracias a @CherryBomb10471  por sugerir la idea de escribir con el pequeño Alex <3

PD3: Esto puede ser demasiado zukulento, se recomienda discreción xD.

La mejor noche de su puta vida

Faltaba poco para que llegaran, y como al par de cabrones no les gustara lo que les habíamos preparado, por mi santa madre que me los cargaba a los dos.

Willy y Vegetta volvían de Los Ángeles al fin, y no voy a admitir que los extrañábamos, pero entre nos... sí, que se hacen querer los desgraciados. Fue idea del Franker prepararles una fiesta sorpresa de bienvenida, y como todos estuvimos de acuerdo, se pensó y se hizo. Y bueno, así como que todos todos... no éramos muchos, pero algo logramos armar entre Frank, Mangel, Rubius y yo.

– Eh, que Willy dice que están llegando – Frank apareció y empezó a apagar las luces de su casa, qué buena gente el chaval en ofrecerla, aun sabiendo la que le íbamos a armar – salgan de las ventanas, pringaos.

– ¡Ya, ya! – Rubius se movió de donde espiaba y se fue con Mangel a la entrada, le estiró la mano y él le compartió de su confeti, sonrió como tonto cuando se lo dio, es que serán chavales.

– Callaos todos – susurré y me fui hasta mi lugar, junto al interruptor de la luz, ya podíamos escuchar el carro aparcando afuera.

– ¡Que sí, niño! Serás gruñón... – Rubius me sacó la lengua e hizo caras, chistosito...

Ahí venían, los escuché salir del carro y caminar por la piedrecilla del antejardín, riendo. Jo... qué felices se les escucha para venir de un vuelo de mas de doce horas. Frank fue hasta la puerta, esperó, y en cuanto llamaron al timbre una risilla tontuela se nos escapó, como niños antes de una travesura. En un segundo abrió la puerta y al mismo tiempo yo encendí la luz.

– ¡Sorpresa!

Gritamos todos, Rubius y Mangel dispararon las pistolas de confeti, Frank les tiró brillantinas encima y yo le di a esa bocina tan molesta que había comprado. Willy casi se caga encima, tío, por primera vez le vi abrir los ojos así, y eso es decir mucho. Vegetta en cambio solo se rio con ganas, de seguro ya se lo esperaba, el muy inteligente.

– ¡Me cago en ti doscientos mil años, Frank! – chilló Willy cuando éste se le acercó y lo abrazó con fuerza – Ya me decía yo que era raro que nos invitaras a cenar.

– ¡Míralo! – se molestó y le revolvió el pelo – que la que nos hemos montado aquí por el par de peleles y así me lo agradeces.

– Ya, ya, Frank, que Willy solo está cansado por el viaje – habló Vegetta al fin como intermediario, y le sonrió a Willy de una forma un poco extraña – Y tampoco lo esperábamos, chaval. Gracias – lo abrazó y saludó con cariño, todos nos acercamos también.