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Cap 2

Siete años después.

— ¿Aún siguen parados en ese momento? — preguntó el chico rubio mientras observó con atención el montón de agentes reunidos.

— Tal parece — secundó el chico pelirrojo, sus pecas se notaban algo encendidas sobre su piel aceitunada.

— No ha sido fácil para muchos, es normal que sigan haciendo un tributo al final de todo — opinó la chica de ojos rasgados mientras seguía sentada en aquella rama de un alto y frío pino.

Pues sí, todos aquellos jovencitos que observaban estaban allá sentados, en las ramas de un pino observando la escena de una base que quedó hecha un lugar lleno de fantasmas del pasado y una naturaleza fría que reclamó lo suyo. Era igual el lugar de reunión para todos aquellos que venían solamente a presentar sus condolencias por el montón de fallecidos.

— Para mí todo sigue siendo un misterio — opinó el castaño — La verdad hay cosas que aún me cuesta entender.

— ¿Ah sí? Y lo dice el chico que tiene ojos desiguales — se burló el rubio.

Tommy negó con la cabeza y miró mal a Joe.

— Puede que tenga un ojo azul y otro amatista, pero por lo menos, yo si tengo mis dos ojos. Y no parezco el villano mal hecho de un comic con la cicatriz y un parche.

— Juego sucio — dijo el rubio. Claro que eso no le había afectado, total ya era costumbre el verse de aquella forma.

Y eso si había terminado en un golpe algo bajo.

— ¿Debería traer la lluvia? — preguntó Mushi mirando a todos — Los espíritus siempre dicen que no les gusta que estén invadiendo su lugar.

— Rara — dijo Shauney mientras seguía sentado en la rama del viejo pino — Todos los años por estas fechas venimos acá ¿algún objetivo en específico?

— Pena mi amigo, y recuerdos — dijo Tommy de forma normal.

— Sector V, a la vista — señaló Joe.

Y era cierto, el sector V había llegado, todos cinco como era de costumbre cada año. Era bastante bueno verlos, pues ya que su líder, número 1 y número 5 que no había perdido a nadie en esa tragedia, estaban allí apoyando moralmente a los que sí lo han hecho.

— ¿Crees que aún nos extrañen?

— Yo siempre me pregunto ¿Por qué demonios no nos acercamos?

— No es momento aún — dijo Tommy mirando a Paddy — Aún no lo es. En primer lugar, solo mirémonos un momento. Ni siquiera lucimos como unas personas normales. Joe — miró el rubio — Tus cortadas con esos fierros son horripilantes, pareces más bien un chico hecho a retazos.

— Touché — sonrió el rubio.

— Shauney. Aún no te controlas muy bien, y no queremos dejar personas calcinadas en donde vayamos.

— Eso no es así. No voy a lanzar llamas en ningún lado.

— Danielle...si el 274 te ve cómo estás y lo que haces, saldrá huyendo — opino Tommy, cosa que hizo que la castaña agachara la mirada con cierta tristeza — Mushi, nadie quiere una temperamental con serios problemas de bipolaridad y que puede manejar una tormenta. Nada bonito.

— Vete al diablo — dijo la japonesa.

— El único que medio luce aquí normal, porque ni yo lo logró, es Paddy, él es el único, aunque pueda levantar cosas de toneladas y ya haya hecho correr gente de una gasolinera por llenar el tanque del auto y cambiar una llanta con sus propias manos.

— Opino — dijo el rubio — Que hagamos un circo.

— No queremos que electrifiques a nadie, aun no sabes ni siquiera controlar tu electricidad.

— Somos...monstruos — opino Danielle — Desde ese día todas nuestras vidas cambiaron...a veces y solo desearía haber muerto en aquel accidente y no haber quedado con vida y esta condición.

— Si lo usamos sabiamente, podemos hacer muchas cosas a nuestro favor — dijo Paddy.

— Yo solo quisiera volver a KND, con mis talentos, haría muy buenas cosas — opinó Tommy.

— Todos nos dan por muertos — opinó Danielle — Muertos ¿saben lo que es eso? Aún a muchos nos lloran, su hermana, por ejemplo — señaló a Paddy y a Shauney — Tu hermano no lo demuestra, pero igual tu pérdida le ha dado en lo más bajo — señalo a Joe y el rubio asintió levemente — Tu hermana, ni hablar — miró a Mushi — Y tu hermano, igual le dio pena tu pérdida.

— Bah, ninguno del sector V me quería con ellos — dijo Tommy con cierto resentimiento — Solo era un niñito de lo más emocionado porque quería ser como mi hermano mayor, numero 2. Pero no, al parecer todos creían que era un tonto.

— Eras pequeño, hay que entender un poco — opinó Paddy — Cuando somos pequeños, muchos creen que somos torpes o vamos a estropear todo, yo los entiendo.

— Ese no es el punto... — siseo Tommy.

— Es mejor que nos vayamos — dijo Paddy, a la vez que de un salto, se lanzó de la alta rama del pino. Todo en el suelo retumbó.

— ¡Pon más cuidado! — gritó Tommy a la vez que bajó de allí con más gracia.

Todos bajaron de allí, decididos a tomar camino hasta su guarida.

No es como si se pudiera decir que todos estos años han resultado muy fáciles. Decir eso, sería una mentira. Desde aquel entonces, es como si las cosas se hubieran complicado más. La explosión fue completamente química, cosa que hizo que el ADN de sólo unos pocos (que se consideraron más fuertes) muto, lo que los llevó a ser ciertas criaturas, mutantes o como sea que los llamen que ahora  resultan ser.

Al inicio, cada uno de ellos huyó despavorido por la explosión, completamente en shock. Luego de un par de horas, fue que comenzaron a notar muchas cosas extrañas en su propio ser. Paddy no puedo controlarse en un principio, lo que lo llevó a tomar cierta extraña transformación que consistió de una fuerza sobrenatural, grandes garras en sus manos y unos colmillos afilados en un extraño hocico, casi pareciendo un hombre lobo, pero no, este ni siquiera mostraba señas de ser ese tipo de criaturas, pues el pelo no estaba por ningún lado, y de cierta forma, era consciente de sus movimientos. Pero el estar asustado no era que funcionara mucho para controlar sus movimientos bruscos. Shauney, por otro lado, explotó en llamas, asustado sin saber qué hacer, corriendo entre el bosque y dejando llamas a cada paso que daba.

Joey, lleno de heridas fue curado por un hombre habitante de una pequeña cabaña en mitad de la nada. Casi pareciendo un muñeco lleno de hilos en sus múltiples heridas. Su fuerte resultó siendo la electricidad, tanto que, sin querer, asesinó al hombre que le curó. Arrepentido de lo que había hecho, huyó lejos del lugar asustado, sin saber cómo controlar aquella energía que a veces parecía sobresalir de sus manos. Luego estaba Tommy, era el que había quedado de apariencia más normal de todos, lo único que cambió fueron sus ojos, uno quedó de su color natural, azul, pero este azul se volvió más encendido, pareciendo casi de mentira. El otro le tomó un color amatista, y empezó a notar ciertas extrañas habilidades de las que no tenía ni la menor idea. Una inteligencia más desarrollada, no es que fuera tan mediocre, pero para esas veces, era como si ante él se le hubieran rebelado ciertos misterios que para nadie más se muestran, eso sin contar que, si lograba un gran punto de concentración, podía mover algunos objetos a su antojo.

Mushi, quien tomó una extraña apariencia, con unos ojos rasgados de un verde brillante que jamás había tenido y pudiendo controlar algunas ramas de los árboles y matorrales. Sin contar que podía atraer tormentas y hasta se decía que podía hablar con espíritus. Después de ella estaba Danielle, quien había perdido todo rastro de su piel aceitunada y su mirada vivaz, ahora era como un ente, de piel pálida y cabellos largos, todo lo que ella tocara perecía entre sus manos, pues ya no era la chica que había llamado la atención de numero 1 y el 274. Era alguien completamente distinta. Y al igual que Mushi, ella podía interactuar con espíritus. 

KND: Los chicos del barrio: Operación MutanteWhere stories live. Discover now