—¿A dónde vas tan guapo? —Luis miró a su hermana mientras se colocaba el saco.
—¿No deberías estar en la escuela?
La chica suspiró y entró a su habitación y acostándose en la cama.
—En realidad hoy tendría que ir a la mansión, pero renuncie.
—No tenías que ir en primer lugar —Luis se giró para mirarla, mientras ella se sentaba.
—La carrera de chef es cara —Luis se acercó y le dio un golpecito en la mejilla.
—Y eso no es algo que a ti deba preocuparte, te dije que yo me haría cargo. Ahora, ya que dejaste la absurda idea de trabajar, ponte a hacer algo ratona.
Sonrió cuando vio la cara molesta de su pequeña hermana
—No contestaste mi pregunta.
—Tengo una junta.
(...)
Miranda estaba demasiado sensible, el hecho de no haber dormido había dejado a su cuerpo demasiado estresado, le dolió desde la punta del pie hasta el cabello.
Y estaba a inicios de una jaqueca, pero encerrarse en una habitación tan pequeña como su oficina y a oscuras, era impensable.
Miró el reloj en su muñeca y sorprendentemente ya era hora, mientras más rápido terminará mejor. Fue al baño pues su aspecto debería estar cerca de una loca y de ninguna manera se presentaría así.
Resultó que había muy poco que hacer pero aún así se quedó ahí sentada en el fresco cubículo, siempre le habían gustado los olores de desinfectantes y aromatizantes ¿Adicción? no sabía ¿Estaba loca por estar sentada fantaseando con el olor a líquidos químicos? Muy probablemente.
Sí en ese momento alguien entraba seguramente la mirarían raro pues estaba sentada sobre el lavamanos. Cuándo fue suficiente y se sintió mucho mejor se bajó de un saltó y salió del baño.
Miranda siempre pensó que el olor a aromatizante era la cosa más deliciosa que alguna vez había tenido el gusto de percibir, pero ahora por alguna extraña razón su nariz estaba enterrada en algo, algo suave y que olía maravilloso, limpio, fresco y delicioso.
—Debemos dejar se encontrarnos así, dulce —su cuerpo entró en shock antes de soltar una maldición dentro de ella, no podía ser cierto
—¿¡Qué mierdas haces aquí!? —la pelinegra sintió las grandes manos de Luis sobre su cintura— ¡No me toques!
—También trabajo aquí preciosa —iba a soltarle toda una perorata muy florida pero no pudo, Luis se veía... bastante bien, su cuerpo parecía hecho para portar trajes
—Aléjate de mi —susurró, alejándose de él antes de seguir—...pensando pendejadas.
Luis sonrío al verla alejarse, se veía espectacular con ese pantalón negro ajustado y la blusa negra. Nadie jamás diría que Miranda Fuller no era hermosa.
Luis entró segundos después que ella a la sala de conferencias, ya estaban ahí Mark, Elle Benoit una de las arquitectas de la empresa, una mujer alta, de cabello corto y hermosos ojos.
Cuando entró la sala, esta se tenso de una manera extraña, podía sentir la mirada de las mujeres sobre él. Mark se acercó a él y lo saludo, los dos se habían hecho muy amigos desde que él ocupó el puesto de su padre en la empresa hace bastantes años.
—Ahora que estamos aquí comencemos —Luis saludó a Elle, se conocían desde hace mucho tiempo, habían trabajado bastantes veces juntos, era un mujer muy guapa, su delicado cabello rubio y hermosos ojos azules, pero nada se comparaba con la pelinegra a su lado— Mostremosle a la señora O'Donell lo que tenemos.

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Lo Intrincado del Destino [Saga Tough 4°]
ChickLitDespués de dejar al amor de su vida Miranda se refugio en Toronto por mucho tiempo, por azares del destino puede volver a ella, sin embargo el corazón de Kate ya esta ocupado. Miranda se mantendrá al margen de la vida de sus amigos, solo viendo la...