12. El demonio que conocemos

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Dean se encontraba al volante del Impala mientras Emma ocupaba el asiento del copiloto. El demonio conducía a gran velocidad, pisando el acelerador cada vez más, lo que provocó que la chica se fuera encogiendo sobre su asiento.

En la cabeza de Emma las preguntas no paraban de amontonarse: ¿Hacia dónde iban? ¿Le haría daño? ¿Por qué Dean había aparecido justo después de la visita de Crowley? ¿Tal vez sabía de la traición del Rey del Infierno?

—Echaba de menos este coche.

—¿Quieres recuperarlo? —preguntó ella mientras Dean estallaba en una sonora carcajada.

—Cariño, ahora mismo me importa una mierda el coche. Ya sabes a lo que he venido... —Dean dirigió su mano al muslo de Emma y ella se removió en su asiento nerviosa.

—No tienes por qué hacer esto... Dean, por favor.

—Oh, Emma. Este soy yo ahora. Hago lo que me da la gana. —ahí estaban de nuevo esos dos pozos negros inundando los verdes ojos del ex cazador—. Además, tú solita te metiste en esto ayudando a mi hermano.

Lo que le recordó que tenía que avisar a Sam de algún modo. Emma buscó con disimulo su teléfono móvil en el bolsillo del pantalón y desbloqueó la pantalla para llamarlo. Pensó en mandarle un mensaje pero eso la hubiera descubierto antes. Una llamada era la forma más rápida. El móvil empezó a marcar y Dean sonrió.                

—Buena idea. —dijo en tono burlón dándose cuenta de las intenciones de la joven—. Llamemos a Sammy para que se sienta culpable de lo que te va a ocurrir.

En un rápido movimiento se hizo con el móvil de la chica activando el manos libres y dejando el aparato sobre el salpicadero del coche.

—Hey, Emma. —se oyó la voz de Sam al otro lado de la línea. Dean miró a la chica para que respondiera.

—S-Sam...

—¿Ocurre algo? ¿Dónde estás?
             
—Está muy bien acompañada, Sammy. —interrumpió Dean sonriendo.

—¡Dean! Mierda... ¿Em, estás bien?

—Estoy bien. —asintió la aludida.

—De momento... —añadió el mayor de los Winchester.

—¡Ni se te ocurra tocarla, Dean! O te juro que te...

—¿Qué? ¿Me matarás, Sammy? Buena suerte con eso... —rió el demonio—. ¿Has oído, nena?Estaría dispuesto a matar a su hermano por ti. Debes de ser muy buena...
                 
—¡DEAN! ¡Esto es entre nosotros! —gritó lleno de rabia Sam— No la metas en esto, por fav...

Pero antes de que Sam acabará de hablar Dean colgó la llamada. Ya tenía a su hermanito donde quería. Completamente desesperado.

Probablemente Sam ya estuviese localizando el móvil de la chica para saber dónde se encontraban, pero iba a ponérselo aún más fácil. Con un giro de volante, el Impala derrapó, y puso rumbo hacia el Búnker.
                 
—Cambio de planes, pequeña. Me divertiré contigo en sus narices.

—¡Qué te jodan! —le contestó Emma con desprecio mientras trataba de alcanzar el móvil, que volvía a sonar.

Dean lo cogió primero contestando a la llamada.

—Tranquilo, Sammy, podrás despedirte de tu novia.

Emma estaba aterrorizada, no podía creerse que el antiguo Dean no se encontrará ya en ese cuerpo ahora demonizado. En un intento desesperado trató de hacer entrar en razón al demonio que ahora viajaba a su lado.

UNA VIDA SOBRENATURAL ||#1||Where stories live. Discover now